Defender a quien nos defiende

Bertha Zúñiga Cáceres y Miguel Urbán Crespo

La lucha contra el cambio climático empieza defendiendo a quienes luchan por los bienes comunes y de la naturaleza.

Foto cortesía del Premio Ambiental Goldman

En ocasión de la nominación de Berta Cáceres y los presos políticos de Guapinol para el Premio Sakharov del Parlamento Europeo.

Honduras es uno de los países más desiguales de América Latina y el Caribe, con una elevada exposición al cambio climático que afecta, sobre todo, a la población más vulnerable. De hecho, el cambio climático es la tercera causa de emigración del país, después del hambre y de la violencia. Además, en los últimos años hemos podido ver cómo el país se ha transformado en el laboratorio neoliberal de Centroamérica, constituyendo un Estado socialmente fallido y un gobierno corrupto que ha dado carta blanca a las grandes corporaciones y al narcotráfico.

Se trata de un modelo que ha profundizado en el neoliberalismo por la vía del capital extractivo transnacional en alianza con el capital nacional y que se basa en la mercantilización del territorio, la liberalización de los recursos naturales y la destrucción del tejido social y comunitario que se oponga a ello. Todo acompañado de marcos jurídicos e institucionales al servicio de los intereses privados y que ha generado un cóctel explosivo que ha convertido Honduras en uno de los países más peligrosos para las y los defensores de derechos humanos y el medio ambiente.

Los pueblos originarios y las organizaciones sociales siguen resistiendo a proyectos extractivistas que agotan los recursos naturales de sus territorios ancestrales y, en el caso de Honduras, hemos podido asistir con preocupación a cómo el Estado y los poderes económicos han construido un aparato de hostigamiento y de persecución social que actúa en la impunidad. Las constantes agresiones, desapariciones y asesinatos a periodistas, comunicadores sociales, defensores de derechos humanos, líderes y lideresas comunitarias (algunos con medidas cautelares) ocurridas en los últimos años constatan un sistema social fracturado donde las caravanas migrantes se han convertido en otra expresión de la denuncia y protesta social. Una expresión que es sólo la punta del iceberg de un sistema social injusto y un modelo económico desigual. A pesar de la fuerte presencia policial y militar, y del propio COVID-19, una nueva caravana de migrantes hondureños salió el primero de octubre desde San Pedro Sula, llevando consigo al menos tres mil voces de hondureños y hondureñas exigiendo dignidad.

Casos como el asesinato de Berta Cacéres y el encarcelamiento de los líderes comunitarios en defensa del Río Guapinol no son aislados: en Honduras, solo en 2019 se han registrado por lo menos 1115 ataques en contra de 449 defensoras y defensores de los derechos humanos. Previsiblemente, el hostigamiento y persecución continuará. De hecho, el año pasado fueron otorgadas no menos de 137 concesiones mineras y de producción de hidrocarburo en territorios indígenas, bajo la complacencia gubernamental, que desde el golpe militar de 2009 ha aprobado paquetes legislativos para legalizar el extractivismo, la aprobación de una nueva ley de minería y la concesión de amplias zonas territoriales para la exploración y explotación, la construcción de represas y la aprobación de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), convirtiéndose estas zonas en la máxima expresión de esta distopía neoliberal. La primera ZEDE se ha ubicado en Crawfish Rock, Islas de la Bahía, epicentro de la industria turística, desplazando a comunidades garífunas afrodescendientes de la zona norte del país.

Y es que el clima de impunidad frente a estos hechos es tal que uno de los treinta y dos líderes comunitarios criminalizados por defender el Río Guapinol, Joaquín Morazán, fue asesinado justo dos días después que el Parlamento Europeo eligiese a Berta Cáceres y los defensores de Guapinol como finalistas al premio Shakarov. Con el asesinato de Joaquín, ya son dos defensores del Guapinol asesinados en menos de dos años, mientras otros ocho continúan presos, otros cinco judicialmente son perseguidos y la comunidad Guapinol es asediada. Estos líderes comunitarios han sido categorizados entre los criminales más peligrosos del país cuando el gobierno de Honduras concedió a la empresa Inversiones los Pinares la licencia para construir una mina de óxido de hierro en el Parque Nacional Montaña de Botaderos.

El crimen imputado se remonta a agosto de 2018, cuando las comunidades afectadas habían levantado el campamento «Por el Agua y la Vida» en señal de protesta en una de las vías de acceso a la mina. El campamento fue desalojado violentamente por las fuerzas de seguridad hondureña y los líderes comunitarios han sido criminalizados y encarcelados por representar la resistencia de la comunidad y la lucha para evitar que expropien sus territorios y contaminen el río Guapinol.

Berta Cáceres, lideresa Lenca, ambientalista, feminista, anticapitalista, coordinadora cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) fue criminalizada, amenazada y finalmente asesinada en 2016. Todo esto se enmarca en un contexto donde las amenazas al COPINH y a la comunidad Río Blanco, donde se localizaría el proyecto hidroeléctrico contra el que Berta luchó, también continúan a día de hoy. Nuevamente,  la militarización y represión se repiten como herramientas de control social para favorecer los intereses del capital privado.

Ni la comunidad internacional ni el Parlamento Europeo pueden seguir haciendo oídos sordos a lo que pasa en Honduras, país convertido en un laboratorio neoliberal y un infierno para los defensores de los bienes comunes y de la naturaleza. Por eso mismo, la Izquierda en el Parlamento Europeo (GUE/NGL) seguirá promoviendo a Berta Cáceres y los defensores de Guapinol como finalistas para el Premio Sakharov. Este premio es un reconocimiento a las personas y organizaciones que luchan para defender los derechos fundamentales y los procesos organizativos comunitarios para defender el territorio, no solo en Honduras sino en el conjunto de América Latina.

Hay que señalar que el Estado hondureño tiene toda la responsabilidad sobre esta situación y no podemos menos que exigir justicia para Joaquín, Berta, los presos políticos de Guapinol. Nuestras vidas y las vidas de quienes defienden nuestros recursos valen más que los beneficios de las empresas mineras. ¿Qué tipo de sistema es aquel que alienta esa injusticia y represión? ¿Quiénes son los verdaderos criminales? Es inaceptable que en pleno 2020 las comunidades continúen siendo hostigadas por el Estado y las empresas extractivas por defender algo tan básico como el derecho humano al agua. Aunque suene muy básico, es momento de reafirmar aquello de asumir siempre y como nuestras las injusticias acaecidas en cualquier lugar, a cualquier orilla del océano.

El Parlamento Europeo ha declarado la emergencia climática mundial que acelera un proceso de desastre ambiental reconociéndola como la mayor amenaza a la que se está enfrentando la humanidad. El COPINH y las comunidades de Guapinol llevan mucho tiempo –mucho antes de que el Parlamento Europeo reconociera la emergencia climática– advirtiendo que no hay un «planeta B» y que hace falta cambiar el modelo económico si de verdad queremos proteger la tierra y los recursos naturales. Berta lo resumía de manera contundente: «¡Despertemos humanidad, ya no hay tiempo!».

Defender la tierra es luchar contra las políticas extractivas que el capitalismo internacional ha impuesto en Centroamérica. Hoy más que nunca, entonces, es importante reconocer y defender a quienes se oponen a este modelo. Un modelo socialmente agotado, económicamente injusto y medioambientalmente voraz, ante el que defender a quienes luchan por justicia ambiental constituye un deber. Con esta candidatura decimos que Berta vive y Guapinol resiste.

Miguel Urbán Crespo. Eurodiputado, militante de Anticapitalistas y cofundador de PODEMOS.

Bertha Zúñiga Cáceres. Ambientalista, feminista y coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).

COMUNICADO: Estado hondureño intensifica persecusión contra defensores del Río Guapinol


COMUNICADO DE PRENSA

Fallo de Corte de Apelaciones confirma a Honduras la deshonra de ser el país más peligroso para defensores ambientales en el mundo
El pasado 15 de agosto, miembros del Comité para la Defensa de los Bienes Públicos y Comunes de Tocoa, en Honduras, informaron en conferencia de prensa que la Corte de Apelaciones, en el departamento de Francisco Morazán, revoco el sobreseimiento definitivo a favor de los defensores ambientales Juan Antonio López, Carlos Leonel George, Reynaldo Domínguez, José Adalí Cedillo Mendoza y Marco Tulio Ramos. La corte también ordeno el procesamiento formal de los imputados junto a otros 8 defensores que se encuentran en prisión preventiva desde hace 11 meses, por los supuestos delitos de incendio agravado en perjuicio de la empresa minera Los Pinares y privación injusta de libertad contra Santos Corea, el jefe de una empresa de seguridad contratada por la minera.

El abogado, Edy Tabora, miembro del equipo de defensa legal declaro en un comunicado de prensa que “La decisión de la corte reafirma la clara alianza entre el Ministerio Público, el Poder Judicial y el sector privado para castigar a todo aquel que se atreva a defender los bienes públicos y comunes de Honduras”

Efectivamente, esta decisión del sistema judicial hondureño confirma un patrón de persecución política a nivel regional, en un contexto donde los gobiernos de la región CA4, están utilizando las medidas de confinamiento por la pandemia COVID 19, para el control social a través de la suspensión selectiva de derechos civiles, la criminalización de la protesta social y el acoso contra defensores de derechos humanos. Al mismo tiempo que se intensifica el andamiaje institucional que consolida el modelo económico extractivista que se fragua desde hace más de una década para facilitar el despojo de los bienes comunes de nuestra región.  

En Tocoa, el servilismo del gobierno a los intereses de la empresa Los Pinares/Ecotek se evidencia al desplegar toda la maquinaria represiva y judicial del estado contra las comunidades que han denunciado férreamente las actividades ilegales y dañinas de la empresa y las irregularidades en el proceso de emisión de licencias mineras dentro de los límites del Parque Nacional Carlos Escaleras.

Los hallazgos preliminares de un reporte realizado por ACAFREMIN en el 2019, con el apoyo académico de tres universidades de Canadá, Inglaterra y los Estados Unidos, encuentran que en el caso de los defensores del río Guapinol y San Pedro:     

  1. Hubo serias irregularidades en la emisión de licencias mineras dentro de los límites del Parque Nacional Carlos Escaleras.
  2. Hubo falta de consulta previa a las comunidades afectadas antes de emitir licencias, lo que resulto en violaciones tanto a regulaciones municipales como a normas internacionales.
  3. El estado empleo a sus instituciones legales y represivas, como el Ministerio Público, la Policía y el Ejército, con el propósito de proteger los intereses de la empresa Inversiones los Pinares.
  4. Derechos reconocidos internacionalmente, como el derecho a la protesta pacífica, derecho de organización y el derecho a defender derechos, han sido negados a los defensores del río Guapinol y en su lugar han sido criminalizados por el estado en beneficio de los derechos empresariales.

Con el reciente fallo de la Corte de Apelaciones, el estado hondureño confirma su triste status como el país más peligroso para defensores ambientales en el mundo, y junto a Guatemala y Nicaragua se adjudican la infamia de engrosar la lista de los 5 países más violadores de derechos ambientales, según el reporte “Defender el Mañana,” publicado recientemente por organización Global Witness, que documenta la persecución a los defensores del agua y la tierra en el mundo.

Esta es la nueva normalidad de nuestra región, una normalidad donde se consolida el avance neoliberal con el predominio de empresas extractivas multinacionales; que, junto a capitales locales, operan dentro de marcos normativos favorables a sus intereses en detrimento del bien común, en detrimento de las propuestas por la sustentabilidad de los pueblos, en detrimento de la bio-diversidad y en detrimento de la diversidad cultural de naciones indígenas que son las guardianes de la naturaleza desde tiempos ancestrales.  

Como Alianza Centroamericana Frente a la Minería, ACAFREMIN, nos solidarizamos con nuestros hermanos y hermanas del Comité para la Defensa de los Bienes Públicos y Comunes de Tocoa y declaramos nuestro apoyo incondicional a su lucha.  Demandamos que el estado hondureño cumpla con sus obligaciones internacionales de proteger a los defensores de derechos y nombramos al gobierno ilegítimo de Juan Orlando Hernández como el único responsable por cualquier violación a la integridad física, psicológica y moral de los miembros del Comité.

También, hacemos eco a las demandas de los y las defensoras de derechos de Tocoa y el Bajo Aguan y exigimos:     

  • La liberación inmediata de los ocho defensores del Río Guapinol y San Pedro que se encuentran bajo medidas injustas de prisión preventiva: Daniel Márquez, Arnold Javier Alemán, Ever Alexander Cedillo, Kelvin Alejandro Romero, Orbin Nahún Hernández, Porfirio Sorto Cedillo y José Abelino Cedillo
  • El cese a la persecución política y criminalización de: Juan Antonio López, Carlos Leonel George, Reynaldo Domínguez, José Adalí Cedillo Mendoza y Marco Tulio Ramos y otros implicados judicialmente en la defensa del Río Guapinol.  
  • Con base en la decisión del Cabildo Abierto que declaro a Tocoa como un Municipio Libre de Minería, en noviembre del 2019; y con base en la ilegalidad de las concesiones mineras ASP y ASP2, exigimos la cancelación inmediata de las concesiones mineras adjudicadas a la empresa Inversiones Los Pinares/Ecotek.
  • Hacemos un llamado a la comunidad internacional, principalmente las instituciones multilaterales defensoras de derechos humanos, a demandar el cese a la criminalización de defensores y defensoras de derechos en honduras.  

Como alianza, reiteramos la urgencia de construir modelos de desarrollo sustentable, donde nuestros pueblos ejerciten el derecho a elegir libremente proyectos que utilicen racionalmente los bienes naturales de nuestros países; con ese fin, hacemos un llamado a las comunidades en resistencia, a las organizaciones sociales, y los movimientos progresistas de Centroamérica a generar diálogos y unificar criterios de resistencia ante la “normalidad” emergente.
#Guapinolresiste   #libertadparaGuapinol   #AmasrepresionMaslucha 

MAS INFO: 

Carta al BID -Proyecto Hidroeléctrico Jilamito

CONTINÚA…

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https://red-lar.org/wp-content/uploads/2020/08/CARTA-AL-BID-PROYECTO-HIDROELECTRICO-JILAMITO.pdf