📌Great to see the organized resistance coming together against hydroelectric developments on the Umngot River! Dams disrupt the pristine ecosystems, harm local economies, and displace communities.
It’s time to #StopTheDams! #RiversUniteUs #UmngotRiver
Traducido del inglés
📌¡Es genial ver cómo la resistencia organizada se une contra los desarrollos hidroeléctricos en el río Umngot! Las represas alteran los ecosistemas prístinos, dañan las economías locales y desplazan a las comunidades.
Los “Escaramujos” son documentos de análisis producidos por Otros Mundos A.C. Les presentamos el último número de la colección, esperando les sirva para sus trabajos en defensa de los territorios. (Ver todos los números del Escaramujo)
El Estado de Guerrero es uno de las 32 entidades del país con una superficie de alrededor de 64,000 km² y representa el 3.2% del territorio nacional. Cuenta con 81 municipios y una población de más de 3.5 millones de habitantes representando la 12ª entidad más poblada de México. Guerrero es uno de los Estados con más caudales hidrológicos y ocupa el 12º sitio en cuanto a disponibilidad acuífera. Sin embargo, es una de las entidades más pobres y violentas del país, y al mismo tiempo aporta con sus represas la energía que requiere el sector turístico de élite ubicado en sus costas.
Los contrastes de la pobreza y opulencia marcan la injusticia en el estado de Guerrero, la tierra de quienes abonaron a la Independencia del país como José María Izazaga, Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, Juan N. Álvarez, así como la lucha de Canto A. Neri y las revueltas de Mochitlán y Quechultenango contra la dictadura porfirista. Es la tierra de Genaro Vázquez y de Lucio Cabañas quienes lucharon por un país nuevo. Pero es también el territorio donde en la región de la Costa Grande fueron asesinados 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas en 1995, y en 2014 los 43 Normalistas de Ayotzinapa fueron desaparecidos. Es el territorio donde las mineras canadienses explotan con consecuencias sociales y ambientales irreversibles y en total impunidad violan acuerdos y contratos con los propietarios de las tierras, un estado que le proporciona gigantes cantidades de oro, agua y energía que extraen de una entidad empobrecida y violentada.
Guerrero es el territorio donde operó la época del milagro mexicano impulsando el desarrollo turístico internacional promovido por el entonces presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952). Es entonces cuando las grandes represas se construyen desalojando pueblos para alimentar el turismo que destacara el llamado Triángulo del Sol considerado como el primer destino turístico con el que México se dio a conocer en el mundo para atraer el turismo extranjero al puerto de Acapulco, Ixtapa y Zihuatanejo así como al “pueblo mágico” de Taxco.
En medio de este turismo de élite se libra una lucha de las comunidades campesinas e indígenas a quienes se les disputan los territorios, el agua y la vida, por parte de las grandes empresas mineras con las actividades más voraces y destructivas que se hayan visto. Es la tierra donde los feminicidios y el crimen organizado han creado territorios libres de justicia y llenos de impunidad. Es el Estado donde por más de quince años, los ejidatarios resisten contra la construcción de la Presa La Parota que ha generado saldos de muertos, desplazados, violencia y presos políticos. Por ello, es el territorio que grita la consigna de “¡basta de represión, represas y presos políticos!”.
Analicemos ahora las intervenciones que se han realizado en las Cuencas de Guerrero con proyectos de represas, diques, bordos y derivadoras. Desde el año 1550 hasta el 2020 la CONAGUA ha logrado documentar1 la construcción en México de un total de 6,489 represas, derivadoras, diques y bordos en todo el país a lo largo de estos 470 años, independientemente de su tamaño, constructor y objetivo (ya sea para el riego, generación de electricidad, agua potable, abrevadero, acuacultura y pesca, recreativo, navegación, infiltración, entre otros). A estas se sumarán otras 112 “pequeñas” represas que el gobierno actual pretende construir entre 2018 y 2024 y repotencializar 64 grandes represas de las ya existentes.2 Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), en México existen actualmente 4 mil 463 presas, de las cuales 668 son grandes represas principalmente para la generación de energía eléctrica.3
De estas 6,489 obras en el país, en el estado de Guerrero solo se han construido 105 en estos 470 años. Esto representa el 1.6% del total. Guerrero ocupa el lugar numero 23 de las 31 entidades con estas obras. De las 105 obras, CONAGUA tiene registro de su fecha de construcción de 94 de ellas. Es importante hacer notar que la primera obra registrada data de apenas 1937 y hasta 1964 que inicia la operación de la Presa El Infiernillo para detonar el desarrollo del turismo más que apuntalar a solucionar las causas de la pobreza y la violencia en el estado.
Al menos 10 Constructores distintos han realizado estas intervenciones, entre las que se encuentran la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Gobiernos municipales, Hacendados, Particulares, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) que funcionó entre los años 1946 a 1976; la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) que existió entre 1946 y 1976; y la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) entre 1976 y 1994.
LOS SISMOS
Pese a que el estado de Guerrero se mantiene como la tercera entidad del país con mayor actividad sísmica después de Oaxaca y Chiapas, todas las represas, los diques, los bordos y las derivadoras se han construido en Zonas Sísmicas: 49 en Alta Sismicidad y 56 en Media Sismicidad. Es necesario tomar en cuenta que tan solo durante el mes de julio de 2020 se registraron 269 sismos en Guerrero de variada intensidad.
La Brecha de Guerrero es una región sísmica que no ha registrado ninguna actividad sísmica mayor a 7,0 desde el año de 1911. Por ello se calcula que podría ocurrir un sismo de gran magnitud en cualquier momento cuando la placa de Cocos se continúe introduciendo por debajo de la placa Norteamericana. Esta Brecha se ubica en el océano Pacífico frente a la Costa Grande de Guerrero, y se prolonga a lo largo de 230 km desde el sur de la ciudad turística de Acapulco hasta Papanoa.
LAS CUENCAS
Guerrero es uno de los Estados con más caudales hidrológicos y ocupa el 12º sitio en cuanto a disponibilidad acuífera. Su aprovechamiento es de 602,626 millones de m³. Las lagunas más importantes son la Laguna Negra, Laguna de Coyuca y Laguna de Tres Palos. Las aguas superficiales de Guerrero se distribuyen en 3 Regiones Hidrológicas: RH18 “Balsas”, RH19 “Costa Grande” y RH20 “Costa Chica-Rio Verde”.
La Región Hidrológica RH18 “Balsas” abarca la zona centro y norte del estado que equivale al 53,31% del territorio estatal. Los afluentes escurren al río Balsas que nace en el estado de Puebla y toma tres nombres diferentes antes de llegar al mar: Río de Mezcala, Río Balsas y Río Zacatula. En total son 771 Km de los cuales 522 corren sobre Guerrero, 107 sobre Puebla y 142 sobre Oaxaca. La Región incluye las Cuencas del Río Balsas-Mezcala (22,07% del territorio estatal), Rio BalsasZirándaro (14,72%), Rio Balsas-Infiernillo (5,46), Rio Tlapaneco (5,61%), Rio Grande de Amacuzac (3,24%) y Rio Cutzamala (2,21%).
El Río Balsas es uno de los más importantes de Guerrero y también con un alto índice de contaminación por la agricultura industrial, la industria textil, toneladas de residuos orgánicos, sólidos y metales pesados, como cianuro, zinc, aluminio, cadmnio y manganeso, aguas residuales sin tratamiento provenientes del consumo humano, industrial, agrícola, pecuario o minero.
La Región Hidrológica RH19 “Costa Grande” desembocan sus aguas en el Océano Pacífico, abarcando el suroeste con el 19,5% del estado. Las cuencas de esta región incluyen al Río Atoyac y Otros (8,06% del territorio estatal), Río Coyuquilla y Otros (5,80%) y Río Ixtapa y otros (5,64%).
La Región Hidrológica RH20 “Costa Chica-Rio Verde” desembocan sus aguas en el Océano Pacífico, se ubica en el sureste del estado abarcando el 27,19% de su superficie. Incluyen las cuencas Río La Arena y otros (0,31% del territorio estatal), Río Ometepec o Grande (7,81%), Río Nexpa y otros (7,22%) y Río Papagayo (11,85%).
En cuanto a las Regiones identificadas por CONAGUA, las represas, diques, bordos y derivadoras, 79 se ubican en la Región Balsas y 26 en la Región Pacífico Sur. Desde el punto de vista de las Regiones Hídricas se ubican 73 en Balsas, 20 en la Costa Chica y 12 en la Costa Grande de Guerrero. CONAGUA ubica las represas, diques, bordos y derivadoras en 19 Cuencas diferentes:
Más de 80 Corrientes superficiales se han intervenido con represas, bordos, diques y derivadoras entre los que se encuentran alrededor de 60 Arroyos y 25 Ríos.
Entre los Arroyos encontramos Agua De Correa, Agua Zarca, Ahiles, Ahuelican, Amatitlán, Amatitlan El Gde., Anillo, Apa, Arenal, Atlixtac, Copalillo, Cuachatlajco, Cuauhtenango, Cuavillas, El Columpio, El Cuajilote, El Limon, El Molino, El Platanar, El Tiro, El Tomatal, Escuchapa, Huacapa, Jaltipan, La Basilia, La Muñeca, La Pala, Las Anonas, Las Cuatas, Las Flores, Las Mojarras, Limpio, Los Ahiles, Los Capulines, Los Guajes, Nombre De Dios, Ojo De Agua, Pala, Pantitlan, Piedra Salada, Platanillo, Potrero De Rosas, Poza Blanca, Rancho Viejo, Redondeado, San Antonio, San Marcos, Santa Cruz, Tecorral Alto, Terremote, Tomatal, Totoloapan, Villegas y Xihuatoxtac, además de la Barranca de Xoxoquitla, Boca de Alcantarilla, Boca Potrerillo, Escurrimientos y la Laguna de las Flores.
Entre los Ríos encontramos Ajuchitlán, Amuco, Atopula, Atoyac, Azul, Balsas, Chiquito o El Oro, Cocula, Cortijo, Coyuquilla, Cutzamala, El Zopilote, Huacapa, Las Truchas, Nexpa, Papagayo, Poliutlao Sultepec, San Jeronimito, Tepecuacuilco, Tuxpan y Viramontes.
LOS MUNICIPIOS
Las represas, los diques, los bordos y las derivadoras se han construido en 37 municipios de la entidad que representan el 45.67% de un total de 81 municipios en el estado de Guerrero. Los Municipios con más obras lo encabeza Huitzuco (23) seguido de Buenavista de Cuéllar (8), Iguala (7), Atenango (5), La Unión (5), Chilapa, Taxco, Tixtla y Zihuatanejo (4 cada uno).
En el presente sexenio Oaxaca es una de las entidades más amenazadas en el país por los efectos de los megaproyectos planeados para el estado y para el resto del Sur-Sureste. Los proyectos mineros siguen generando grandes conflictos socioambientales además de los proyectos de represas. El Oleoducto, la infraestructura eléctrica, los parques eólicos, la ampliación del puerto en Salina Cruz y el Canal Interoceánico que partirá al estado y que incluirá diez centros o polos de desarrollo maquilador tendrán consecuencias socio ambientales irreversibles.
Chiapas alberga las regiones de mayor biodiversidad del país así como más del 30% del agua superficial del territorio mexicano con 92 mil hectómetros cúbicos, y una reserva de agua subterránea de 2,500 hectómetros cúbicos. Cuenta con 81 cuencashidrográficas.
comunicado del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH – A 20 de abril de 2020
El COPINH sobre la desvinculación del BCIE al proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca, de la familia Atala Zablah, comunica lo siguiente:
La desvinculación del BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica) del proyecto de muerte Agua Zarca implica una victoria del Pueblo Lenca, del COPINH y de Berta Cáceres y una aceptación de responsabilidad del BCIE en la violencia ocurrida. Tal como lo exigía el COPINH. Este hecho se suma como importante precedente con la desinversión de los bancos FMO (Holandés), FinnFund (Finlandés) y en su momento el Banco Mundial.
El BCIE, sin embargo, omite decir que en realidad no retiró su financiamiento sino que vendió el mismo a un consorcio suizo. Lo que implica que abrió la ventana para que la amenaza de la construcción de dicho proyecto inconsulto siga en pie con otros actores y otros nombres.
El COPINH rechaza el cinismo con el que el BCIE se refiere a la Consulta Previa cuando su “desvinculación” viene muy tarde y ya han pasado más de 7 años de la denuncia de la comunidad de Río Blanco, la muerte de por lo menos 6 compañeros y compañeras de esa comunidad y 4 años después del asesinato de Berta Cáceres, crimen que necesitó de ese financiamiento internacional.
El COPINH exige que el BCIE realmente respete el derecho de consulta y no continúe financiando proyectos inconsultos como el denominado “Tren de carga para Honduras” desde Puerto Castilla y hasta la Isla de Amapala, que afecta a las comunidades garífunas en la costa norte y a las comunidades de la zona Sur, que ya han sido criminalizadas y amenazadas de ser expulsadas de sus territorios
El BCIE no se retira del proyecto porque piense hacer lo correcto, sino porque ha quedado claro que sus socios, la familia Atala Zablah, son los criminales responsables intelectuales del asesinato de Berta Cáceres, por lo cual sus empleados fueron condenados y están presos. Por la misma responsabilidad que sus socios Holandeses, el FMO, enfrentan una demanda en La Haya.
A más de 4 años de su muerte,Berta Cáceres sigue obteniendo victorias.
¡BertaVive y vive!
Dado en La Esperanza a los 20 días del mes de abril del 2020
Con la fuerza ancestral de Berta, Lempira, Mota, Iselaca y Etempica se levantan nuestras voces llenas de vida, justicia, libertad, dignidad y paz.
Pueblos de Latinoamérica se declaran en contra de represas
*Con la participación de 19 países, las organizaciones reafirmaron su lucha por una sociedad alternativa en temas de energía.
La Organización Otros Mundos A/C informó del Encuentro Internacional de del Movimiento de Afectados por Represas (MAR), en su tercer aniversario, con representantes de pueblos que luchan de 19 países de América y Uganda en África en la Universidad de Panamá sucedido entre los días 24 al 27 de septiembre.
Los representantes informaron que se encuentran bajo un nuevo orden mundial que se caracteriza por la disputa de hegemonía entre Estados Unidos y China, que despoja los territorios. Asimismo, el retorno de la extrema derecha al poder, que sin duda constituye amenaza a los procesos democráticos y a la libre determinación de los pueblos.
Por lo que la tendencia profundiza las violencias sistemáticas a sus derechos fundamentales, la militarización, la represión y el despojo de los bienes naturales comunales.
Durante este encuentro evaluaron la importancia histórica de la construcción del MAR – como Movimiento autónomo, de lucha, con rostros regionales que contribuyen a la resistencia en prácticamente todo el continente.
“La importancia que tuvo en el último período el proceso de formación de militantes de nuestra organización, a partir de estudios de la realidad latinoamericana. El intercambio de experiencias, la convivencia fraterna entre las diversas organizaciones de afectadas y afectados con nuestros aliados en cada país, muestran vitalidad y compromiso con los cambios sociales necesarios en el Continente” mencionaron representantes.
Agregaron que la lucha por una sociedad alternativa, por un proyecto energético popular y por los derechos de las /los afectadas/os con soberanía de los pueblos, son retos que ratifican y quieren construir.
A partir de estos desafíos, reafirmaron su compromiso de fortalecer los movimientos con carácter nacional, el trabajo de base y la militancia con mayor participación de mujeres y jóvenes.
“En este sentido, visualizamos el MAR como referente de articulación y lucha continental, de la necesidad de construcción de alianzas estratégicas para avanzar con las transformaciones estructurales, superar el sistema capitalista excluyente y patriarcal por una nueva sociedad justa y equitativa” informaron en un acta de acuerdo.
Con total éxito delegados de distintos países de Latinoamérica como de Asia, África, Europa y Norte América cerraron el Encuentro Continental de Afectados por Represas en Panamá realizado del 24 al 27 de septiembre como el lema “Por agua, energía y soberanía de los pueblos” convocado por el Movimiento de Afectados por Represas de Latinoamérica MAR en la Universidad de Panamá. Cuyo cierre, se dio con una enérgica declaración, compuestas por demandas de todos los sectores participantes y sus realidades locales ante el extractivismo hídrico por represas. Además de una acción popular en el marco de la Huelga Mundial por el Clima, el viernes 27 de septiembre.
Desde 1879 en León, Guanajuato, la fábrica textil “La Americana” instaló una planta termoeléctrica a base de leña, la primera unidad generadora de energía eléctrica en México. Sin embargo, es hasta 1882 que se usó por primera vez en el mundo una corriente de agua para generar hidroelectricidad en Inglaterra, Estados Unidos y Francia.
En México se generó hidroelectricidad por primera vez en 1889 en Batopilas, Chihuahua.1 Sin embargo, otra fuente considera que es en los alrededores de Orizaba, Veracruz, que se instaló la primera unidad hidroeléctrica en 1883 en la fábrica textil de San Lorenzo, y que a finales de esa década había en México alrededor de 50 instalaciones termoeléctricas y 10 hidroeléctricas. Pero es hasta 1888 que la planta hidroeléctrica de Echeverría, aprovechando la caída del agua del Río Atoyac en Puebla, es considerada la primera unidad central de producción hidroeléctrica de una compañía eléctrica en México para el servicio público, que contaba con una presa a todo lo ancho del río Atoyac, una cortina de mampostería de piedra de 90 metros de largo y producía una caída de 10 metros de altura. A 180 mts de la cortina se ubicó la casa de máquinas y se trasvasaba por un acueducto de 42 pulgadas hacia la turbina doble tipo Leffel de eje horizontal con capacidad de 180 caballos.2
Sin embargo, al referirnos a todo tipo de represas y bordos, desde el año 1550 hasta el 2018 la CONAGUA ha logrado documentar que a lo largo de 468 años se han construido un total de 6,225 represas y bordos en todo el país. La primera registrada es en 1550 en el estado de Guanajuato.
Desde hace años, cada 14 de Marzo el movimiento mundial contra las grandes represas realiza movilizaciones en todos los rincones del mundo para exigir un cambio en el modelo energético. Denuncia que las grandes represas no son una energía limpia y que otras formas de energía sustentable son posibles, necesarias y urgentes.
Por décadas hemos identificado a las grandes represas como energía limpia y renovable. Sin embargo, en la década de 1980 y 1990 las movilizaciones en el Sur Global fueron de tal magnitud que lograron cuestionar este modelo de energía. En Europa, en Africa, Asia y en América Latina las protestas fueron de todo tipo. Las reacciones del gobierno se dieron no solo con represión, sino también con silencio y olvido. Las grandes represas no se cuestionaron por muchas décadas y se aceptaron los costos sociales y ambientales. Parecía que no había otra opción para generar el supuesto “desarrollo”.
Al final de la década de 1990 se aceptó entonces elaborar un balance de las grandes represas. El Banco Mundial e incluso otros bancos y empresas constructoras financiaron esta Comisión compuesta por grandes expertos en el tema. En el año 2000 sale a la luz el Informe de la Comisión Mundial de Represas (CMR) que a sus promotores no encantó sus resultados. En aquél entonces se concluyó que las más de 45 mil grandes represas habían desplazado entre 40 y 60 millones de personas en el mundo de su viviendas, tierras, pueblos e incluso de ciudades enteras ahora inundadas. Actualmente, las más de 50 mil grandes represas se calculan que han expulsado a más de 80 millones de personas de sus territorios. Pero también se concluyó que el Banco Mundial, principal promotor y financiador de las grandes represas, había endeudado más a los países pobres o en desarrollo para construir la infraestructura del supuesto desarrollo que luego se privatizaría años más tarde a las grandes corporaciones de la energía. Unas de esas grande corporaciones en América Latina fueron Endesa, Unión Fenosa, Iberdrola, entre otras que se quedaron con el negocio de la energía, su distribución y consumo. Pero en los resultados de la CMR hubo más.
La era de la construcción de grandes represas no ha llegado a su fin, pero el progreso tecnológico y las economías de escala ahora ofrecen a los gobiernos alternativas que hace 20 años no existían.
Durante abril de 2014, las lluvias fueron monumentales. Para principios de mayo, los operadores de la represa de 219 MW Cachoeira Caldeirão, que estaba construyéndose en el remoto estado de Amapá en Brasil, sabían que los niveles del río Araguari se encontraban peligrosamente altos. Si no se retiraba algo de agua de inmediato, la represa entera podría colapsarse. No habría ningún peligro para la población porque toda la escorrentía sería absorbida por otras dos represas río abajo, pensaba la compañía de energía hidráulica.
Las comunicaciones fallaron y nadie advirtió al pequeño pueblo de Ferreira Gomes, situado en las orillas del Araguari a casi 50km de distancia.
El 7 de mayo, siente horas después de que un torrente de millones de galones de agua saliera del casetón temporal, el Aguario subió cinco metros. Ferreira Gomes se inundó; algunos edificios públicos fueron arrasados, más de mil hogares y otros edificios quedaron bajo el agua y miles de personas fueron evacuadas.
Hoy en día quedan pocos rastros de esa inundación en Ferreira Gomes y, vista desde el aire, la reserva de la represa de 30km cuadrados, rodeada de exuberante selva tropical ecuatorial, parece bastante natural. Pero el accidente fue para Moroni Remuyna y muchos otros habitantes la prueba de que las grandes represas son peligrosas para la población y el medio ambiente, y que no traen desarrollo.
“La historia de la construcción de represas ha sido de incompetencia, avaricia, ilegalidad y brutalidad,” dice Remuyna.
Él trabaja con el Movimiento de los Afectados por las Represas (Movimento dos Atingidos por Barragens), una ONG brasileña comunitaria que se opone a las represas inadecuadas. Dice que la primera represa que se construyó en el Araguari fue también la primera en la cuenca del Amazonas. “Fue en 1979. A las personas se le prometió compensación cuando se vieron forzados a desplazarse, pero nadie recibió nada.
“En 2010 construyeron una segunda represa más grande sobre el río. Hubo más deforestación y muerte masiva de los peces. Más gente se vio obligada a desplazarse y el río nunca se ha recuperado ecológicamente. Ahora estamos peor que antes,” Remuyna dijo a The Guardian a principios de este año.
“Las autoridades dijeron que sólo 350 personas fueron afectadas en Ferreira Gomes pero fueron miles. Mucha gente nunca recibió ninguna compensación después de la inundación. El gobierno nos prometió desarrollo económico, pero destruyeron los medios de subsistencia.”
Fiebre por la energía
El daño ocasionado por la construcción de represas al medio ambiente y a las comunidades que habitan a las orillas del Araguari se ha repetido en toda Latinoamérica a lo largo de los pasados 40 años, a medida que los países se apresuraron a industrializarse y generar energía para las ciudades.
Con 256 grandes represas construídas o en fase de planeación, Brasil genera casi 65% de su electricidad con energía hidráulica. El país es la sede de tres de las represas más grandes del mundo, incluyendo el proyecto Itaipu de 14,000MW sobre el río Paraná, en la frontera con Paraguay.
Los demás países se están incorporando a la tendencia. De las 412 represas en construcción, construídas o propuestas en 2015 en la cuenca del Amazonas, 77 fueron en Perú, 55 en Ecuador, 14 en Bolivia, seis en Venezuela y dos en Guyana. Mientras tanto, Chile, Argentina, Bolivia, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador y Honduras están construyendo grandes represas.
Los beneficios de las represas están comprobados, de acuerdo con la International Hydropower Association (IHA) con sede en Londres, la cual afirma que las represas ahora crean aproximadamente el 65% de la electricidad generada en el continente. En conjunto, los países sudamericanos instalaron alrededor de 10GW de energía hidráulica en 2016, casi tanta como China.
“Más de 1,200GW de energía hidráulica renovable se encuentra ahora en operación en Sudamérica – lo suficiente para proveer energía limpia a más de un billón de personas. Pero existe el potencial para desarrollar tres veces más,” dice el más reciente reporte sobre el estado de la energía hidráulica del mundo [pdf] de la asociación. Crece la inestabilidad en Latinoamérica por la falta del agua
“Necesitamos más energía hidráulica en la red, ya que desempeña un papel como una fuente de generación flexible y sostenible. También la necesitamos para desempeñar el papel muchas veces poco reconocido de almacenamiento de energía,” dijo Ken Adams el presidente de la IHA en una junta de gobiernos y constructores de represas en Adis Abeba a principios de mayo.
“Una mejor energía hidráulica es una forma importante de cumplir las metas sostenibles de energía acordadas por todos los países, y la ambición del acuerdo de París sobre el medio ambiente. Ofrece energía asequible, más limpia y más confiable, así como almacenamiento,” dijo Rachel Kyte, directora anterior de medio ambiente del Banco Mundial y actual directora de Sustainable Energy for All (SE4All).
Durante mucho tiempo, las grandes represas en Sudamérica han sido vistas como símbolos de orgullo nacional, y evidencia de progreso económico. Los políticos, tales como Rafael Correa de Ecuador, señalaron que los pasados 50 años de construcción han reducido la pobreza, ayudado a cumplir una insaciable demanda de electricidad y agua limpia, y permitido que los países se industrialicen y urbanicen de manera rápida y económica. Las zonas remotas del continente han sido abiertas a la minería y la agricultura, y la energía hidráulica limpia es la manera más eficiente de proporcionar seguridad energética, almacenar agua requerida de manera crítica y controlar el flujo de los ríos.
Monumentos a la desigualdad social
Pero en un debate intenso y polarizado que ha arreciado durante más de 25 años, y los críticos de las grandes represas en Latinoamérica argumentan que muchas de éstas son monumentos a la injusticia, la corrupción política y la desigualdad social.
Los críticos, incluyendo Bianca Jagger, dicen que se trata de una industria que no es obligada a rendir cuentas; que es apoyada por los gobiernos para arrasar con las leyes medioambientales y de derechos humanos, e ignorar evidencias de daño ecológico; que ha trabajado con dictadores y gobiernos corruptos para destruír grandes estrechos de bosques y destruír modos de subsistencia, penalizando a la gente que vive en las regiones vírgenes donde los ríos son los más apropiados para ser represados.
En lugar de proporcionar energía limpia, las represas incrementaron las emisiones climáticas debido a los bosques inundados, y llevan a la corrupción, afirma International Rivers, el grupo para la protección de los ríos más acérrimo del mundo.
“Los ríos son vistos por los gobiernos sólo como un recurso, no como una fuente de modos de subsistencia,” afirma Kate Horner, la directora del grupo. “En estos mega-proyectos entran enormes cantidades de dinero y muchas veces hay implicaciones de corrupción. Casi nunca hay rendición de cuentas por la violencia e intimidación que muchas veces acompaña a la construcción de las represas.
“El desplazamiento de las personas ha sido vasto, comparable al desplazamiento inducido por los conflictos armados. Pero no hay la misma respuesta humanitaria. La compensación muchas veces no se paga. Los estados y gobiernos son responsables, pero a las compañías no se les debería permitir beneficiarse.”
La construcción de las represas ha estado fuertemente implicada en el actual escándalo de corrupción de Brasil. El año pasado, los ejecutivos de una de las compañías de construcción más grandes atestiguaron la existencia de un cartel de importantes compañías, políticos influyentes y altos mandatarios de gobierno que habían manipulado licitaciones, participado en extorsiones y ofrecido sobornos para llevar a cabo grandes proyectos de represas.
En otros lugares, algunas compañías chinas han construído docenas de grandes represas para gobiernos latinoamericanos a cambio de petróleo y acceso a minerales y alimentos. Pero, afirman los críticos, los acuerdos son turbios, las compañías no rinden cuentas y a los operadores muchas veces se les dan lagunas legislativas para evitar los requisitos de protección a los peces, la vida silvestre y la calidad del agua.
Constructores de represas en dificultades
La oposición mundial a las grandes represas llegó a su cúspide en la década de 1990 cuando proyectos gigantes chinos y latinoamericanos, tales como las represas Tres Gargantas, Narmada y Yacyretá, se convirtieron en el blanco de los ecologistas internacionales. Esto llevó a un exhaustivo estudio lidereado por el Banco Mundial, que concluyó en 2000 que mientras que las grandes represas eran importantes para el desarrollo, “en demasiados casos se había pagado un precio inaceptable y muchas veces innecesario para asegurar esos beneficios.” Desde entonces, los constructores han replanteado a las represas como la panacea del cambio climático y como una manera de resolver el reto del almacenamiento de energía.
Una nueva oleada de construcción y oposición ha comenzado ahora en Latinoamérica, pero los abusos contra los derechos humanos y el asesinato de activistas, como la ganadora del premio Goldman Berta Cáceres, ha enfocado nuevamente la atención en los modos en que las represas pueden afectar a los grupos indígenas.
La decisión de Brasil de desarrollar una serie de enormes represas vinculadas sobre los ríos Xingu, Teles Pires y Juruena se ha vuelto un problema internacional. Otras en los ríos Araguaia y Tocantins impactarían a 11 grupos étnicos.
“Pocos pueblos indígenas llegan a recuperarse de la perturbación económica y psicológica causada por el desplazamiento,” afirma William Fisher, profesor de desarrollo internacional en la Universidad de Clark. “El desplazamiento muchas veces corta los fuertes lazos espirituales y culturales con la tierra y amenaza los vínculos comunitarios y las prácticas culturales que mantienen unidas a estas sociedades.”
Los constructores de las represas se ven cada vez en más dificultades. El cambio climático incrementa la necesidad de energía renovable, pero debido a que la energía hidráulica es utilizada ampliamente para enfriar las centrales eléctricas, cualquier reducción en el caudal del río causado por las sequías termina por contribuír a la crisis energética. Una vez construídas, la operación de las plantas solares es más barata que las plantas de energía térmica.
En 2014, Chile canceló cinco represas en la región de la Patagonia bajo gran presión del público, y aprobó 700MW de nuevos parques solares y eólicos. Los trabajos de la represa del Belo Monte en Brasil se han detenido y grandes proyectos en Perú y Honduras han sido abandonados después de las protestas.
La era de la construcción de grandes represas no ha llegado a su fin, pero el progreso tecnológico y las economías de escala ahora ofrecen a los gobiernos alternativas que hace 20 años no existían. En lugares como la Patagonia y el desierto de Atacama, Sudamérica posee algunos de los mejores parques eólicos y solares del mundo. Represas más pequeñas y mejor diseñadas, y energía geotérmica y marina, están siendo discutidas actualmente.
Quedan muy pocos ríos silvestres en Latinoamérica y muchos que ya han sido represados probablemente se verán incautados una y otra vez. En el estado de Amapá, la gente de Ferreiro Gomes teme que el Araguari se vería reducido aún más. “Hay propuestas para construír otra, posiblemente dos represas más en el Araguari,” dice Remuyna. “Esto significaría el fin del río y de la pesca como la conocemos. ¿Hasta cuándo acabará esto?
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