La Movida Global por los Ríos y los Pueblos frente al mito de la hidroelectricidad como energía “limpia y sostenible”

OPINIÓN

Por Alberto Gutiérrez Arguedas , Geógrafo, docente e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR)

2 noviembre, 2021

Publicado en:https://semanariouniversidad.com/opinion/la-movida-global-por-los-rios-y-los-pueblos-frente-al-mito-de-la-hidroelectricidad-como-energia-limpia-y-sostenible/

ntre los días 7 y 24 de setiembre de 2021 se llevó a cabo el Congreso Mundial de Hidroelectricidad. En principio, Costa Rica iba a funcionar como sede del Congreso, sin embargo, finalmente el mismo se desarrolló de manera virtual.  Dicho evento es organizado por la Asociación Internacional de Hidroelectricidad (IHA), una agencia que representa y reúne a diferentes actores de la industria hidroeléctrica global, cuyo principal objetivo es promover e impulsar el desarrollo de este tipo de energía alrededor del mundo. De acuerdo con la página web oficial, el Congreso “reúne a líderes intelectuales, responsables de la toma de decisiones e innovadores de todo el planeta”, los cuales “explicarán por qué es urgente realizar inversiones en este momento para desarrollar la infraestructura energética inteligente, resistente y limpia del futuro”. Además de ser un espacio de reunión y articulación de gobiernos, empresas, grandes ONG y organismos internacionales, el Congreso tiene como propósito hacer propaganda y dar legitimidad ideológica a la industria hidroeléctrica, la cual es promocionada como una fuente de energía “limpia y sostenible”, en el contexto de la crisis climática. Las propuestas y perspectivas de este sector quedaron plasmadas en un documento titulado la Declaración de San José sobre Hidroelectricidad Sostenible.

No es casualidad que Costa Rica haya sido propuesta como sede de este evento. En las últimas décadas este país ha ganado notable visibilidad y prestigio internacional como un supuesto ejemplo en materia de gestión ambiental y sustentabilidad, dentro del cual ocupa un lugar central el tema energético. Para ser más precisos, Costa Rica se ha convertido en una vitrina mundial del capitalismo verde, el cual podemos definir como una corriente o paradigma de pensamiento ambiental que busca hacer compatible la cuestión ecológica con la economía de mercado capitalista. Según esta perspectiva, es posible proteger el ambiente y revertir la crisis climática sin cambiar el modelo de desarrollo dominante, que tiene como fundamentos la acumulación de capital, el crecimiento económico ilimitado y la privatización de bienes públicos y comunes. Los agentes detrás de este discurso son los mismos que se reúnen en este Congreso: organismos internacionales, think tanks, gobiernos nacionales y asociaciones de negocios, los cuales han logrado exitosamente desviar la atención de las verdaderas causas y responsables de la crisis climática y ecológica, a través de conceptos de moda y sin rigor científico, como “desarrollo sostenible” o “crecimiento verde”.

Desde la perspectiva del capitalismo verde y el ambientalismo de mercado, se habla de energías “limpias y sostenibles” como sinónimo de energías renovables, es decir, aquellas que no provienen de combustibles fósiles. Esta es una definición bastante imprecisa, pues las energías renovables también pueden provocar impactos sociales y ambientales negativos, como lo es el caso de la hidroelectricidad. Tal como consta en una amplia documentación a nivel mundial, las represas hidroeléctricas han provocado graves daños socioambientales, entre los que se puede mencionar: modificación abrupta en los caudales, sedimentación, pérdida de biodiversidad, contaminación del agua, desplazamiento de comunidades, pérdida de tierras para uso agrícola y pesquero, acaparamiento y privatización de las aguas, entre otros. Inclusive, contrario a lo que se pensaba hasta hace poco, se ha observado que los embalses hidroeléctricos contribuyen al calentamiento global, debido a la emisión de gases de efecto invernadero, sobre todo metano, mucho más potente que el dióxido de carbono. Para completar el cuadro, en muchas ocasiones el impulso de proyectos hidroeléctricos ha venido acompañado de represión, persecución e inclusive asesinatos de activistas ecologistas y comunitarios/as que defienden sus ríos y sus territorios. Por lo tanto, está muy lejos de ser una energía verdaderamente limpia.

En el caso de Costa Rica, el país se ha posicionado en la última década como un “referente” en esta materia, debido a que posee una matriz de generación de energía eléctrica basada mayoritariamente en fuentes renovables, en donde ocupa un lugar central la hidroelectricidad. Si bien las represas han jugado un papel importante en la vida nacional, el cual es justo reconocer, también han provocado una serie de impactos socioambientales negativos, que han suscitado la conformación de una multiplicidad de resistencias comunitarias y de un movimiento social en defensa de los ríos a escala nacional. Además del daño que este tipo de obra provoca sobre los ríos, ecosistemas y sobre las estrategias de reproducción de la vida en las comunidades, en Costa Rica las represas hidroeléctricas han sido un botín a partir del cual un conjunto de empresas privadas se han asegurado negocios millonarios, provenientes de una masiva transferencia de recursos públicos. Desde las leyes de cogeneración de los años 1990 hasta la fecha, la presión privatizadora ha sido constante, como lo podemos ver actualmente a través del trámite de varios proyectos de ley impulsados por el gobierno, que buscan ampliar los privilegios al sector privado en este campo (expedientes No. 22.601 y 22.606), poniendo en riesgo un sistema eléctrico nacional público y de acceso casi universal, construido a lo largo de décadas. Por lo general, el discurso de las energías “limpias y renovables”, a nivel nacional e internacional, viene de la mano con una perspectiva privatizadora.

Frente a esta coyuntura, se ha conformado la Movida Global por los Ríos y los Pueblos, una iniciativa surgida desde un conjunto de organizaciones y movimientos socioambientales, tanto de Costa Rica, como de otros países de Centroamérica, Latinoamérica y el resto del mundo, como una respuesta crítica al Congreso Mundial de Hidroelectricidad. El principal objetivo de la Movida ha sido denunciar y visibilizar la injusticia socioambiental que caracteriza a la industria hidroeléctrica global, así como problematizar el discurso tendencioso e incoherente de la hidroelectricidad como energía “limpia y sostenible”, tal como ha sido planteado desde el capitalismo verde. Para ello, durante las últimas semanas se han facilitado espacios de encuentro e intercambio de experiencias y conocimientos en relación con este tema, desde la perspectiva de los pueblos que defienden sus ríos y/o que han sido agraviados por este tipo de proyectos. Al calor de la Movida, se han compartido y socializado una gran cantidad de materiales, tanto escritos como audiovisuales, los cuales nos relatan, desde diferentes partes del mundo, cómo las represas hidroeléctricas han provocado graves secuelas en sus territorios y sus comunidades, a partir de las propias voces de sus protagonistas.

Asimismo, más allá de las luchas en defensa de los ríos y los territorios frente al extractivismo hidroeléctrico, a través de la Movida se ha procurado abrir un diálogo y una reflexión alrededor de la posibilidad de construir alternativas de producción y gestión de la energía, desde la perspectiva de los bienes comunes. Frente un problema tan grave y complejo como la crisis ecológica y climática, las energías renovables podrían representar una valiosa alternativa, sin embargo, esta se torna insuficiente —e inclusive, contraproducente— si no se revisan al mismo tiempo el modelo de desarrollo, los patrones de consumo y las relaciones de poder dominantes, que han colocado al planeta y la humanidad en riesgo. Una transición energética verdaderamente justa no se trata solamente de sustituir fósiles por renovables, sino que implica otras formas de organizar, producir y consumir energía, menos oligopólicas y más comunitarias, menos consumistas y más modestas.

Si desea informarse o participar en la Movida Global por los Ríos y los Pueblos, puede buscar la página de Facebook (https://www.facebook.com/movidaglobal/).

🔴 COP26 Meeting Renewable Energy Targets While Keeping Rivers and Communities Resilient

📌International Rivers, TNC and WWF have a co-hosting a session tomorrow in the Water Pavillion that may be of particular interest – here are the details:


11/3rd @ 13:00-14:30 Glasgow time/ 9:00-10:30 am DC time
Meeting Renewable Energy Targets While Keeping Rivers and Communities Resilient
Community representatives, corporates and government will share actions to meet 1.5 C climate target while keeping rivers and communities resilient.


No registration needed – livestreamed here: 👉 https://water4climate.us2.pathable.com/meetings/virtual/DwSsmdjJSg7JQFfXX

Represas costosas en ríos secos: la estrategia para enfrentar el cambio climático

El cambio climático obliga a tomar decisiones políticas para adaptarse y mitigar el impacto. En Mendoza apuestan a construir represas, pero la falta de financiamiento y de actualización de los estudios demoran los procesos. ¿Conviene ese camino?

Pablo Icardi

Pablo Icardi domingo, 17 de octubre de 2021 · 09:18 https://b6035d29beeeabb75eb65321fec5a601.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html

Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Los ríos de Mendoza tendrán un año más de sequía, superando la década de escasez de agua. La provincia es vulnerable al cambio climático y hay dos palabras clave para el presente y el futuro: mitigación y adaptación. Pues Mendoza ha tomado un camino en materia hídrica: construir grandes reservorios de agua a través de represas en los ríos. Es la misma estrategia de antes, pero con nuevas dificultades. Se trata de obras costosas para contener ríos que cada vez traen menos agua. Portezuelo del Viento, Los Blancos, El Baqueano, Uspallata, Cordón del Plata. Esos son algunos de los proyectos que están en evaluación o por ejecutarse, aunque por ahora solo uno tiene financiamiento asegurado. 

Aunque hay discusiones de alto nivel sobre la conveniencia o no de las grandes represas, sí existe consenso en que es una estrategia buena para aprovechamientos multipropósitos. Pero en la provincia hay otra variable más relacionada con lo humano y la gestión del recurso. Es decir, no alcanza sólo con construir una represa, sino todas las obras secundarias que se requiere  y cómo se administran.

El ejemplo más tangible es Potrerillos. La represa va a cumplir 20 años y nunca se terminó el plan de gestión «aguas abajo» para, por ejemplo, amortiguar el impacto de las aguas claras, mejorar la gestión del riego y, sobre todo, de consumo humano en el área urbana. De hecho hoy la presión sobre el recurso disponible en el Gran Mendoza impacta más que la propia escasez. Los proyectos de regulación del Río Mendoza datan de 1920, recién en 2001 se inauguró el primer dique y los otros no se ejecutaron. El río trae menos agua, la población y las actividades humanas que presionan sobre ese recurso crecieron de manera enorme. En el pronóstico de escurrimiento para la temporada se prevé una disponibilidad de 820 hm3, pero hay que restarle 250 hm3 que ya están «comprometidos»  por la presión urbana. Por eso la disponibilidad real es mayor y hay una «sequía extrema» de hecho. 

Potrerillos es un dique chico, que almacena agua de manera estacional, es decir para una temporada de poca agua. «Si no estuviera el Dique la situación sería dramática», aseguran. Es decir, cumplió la primera parte de los objetivos. Pero incluso el propio Potrerillos ya tiene otros impactos, además de la presión, porque disminuyó su capacidad de almacenamiento en más de un 10% por los sedimentos. Originalmente tenía una capacidad de 452 hectómetros cúbicos. Y ahora no llega a los 390 hm3 en su llenado total.

Diques y demoras

Portezuelo del Viento es la «gran obra» que el Gobierno busca ejecutar. Tiene financiamiento asegurado, pero hay problemas técnicos para la adjudicación y otros inconvenientes ambientales, políticos y jurídicos que la pueden demorar. Portezuelo va a regular el Río Grande, un curso de agua subutilizado por Mendoza y que tiene pocas hectáreas afectadas. De hecho el principal uso tiene que ver más con las industrias extractivas (petróleo y minería). El volumen del embalse sería casi cuatro veces el de Potrerillos y se cree que podría beneficiar más a las provincias vecinas abasteciendo con un caudal constante al río Colorado. El Gobierno comenzó tímidamente a analizar la posibilidad de que, una vez hecho el dique, se ejecute el trasvase de agua al río Atuel para aprovechar mejor y nutrir a ese curso de agua que está exprimido.

Pero el Río Grande no está exento de los problemas estructurales. Este año será el que más impacto tendrá por la sequía y arrastra varias temporadas muy por debajo de su promedio. Está previsto que sufra una «sequía extrema» porque traerá solo el 40% de su volumen histórico.

Portezuelo generaría un enorme lago con más de 1000 hm3 de volumen.

El tema fue tomado por quienes buscan desalentar la realización de la obra por la relación «costo – beneficio»: creen que por el cambio climático, la represa tardará menos en llenarse y que podría producir menos energía de la calculada. No es un tema menor ese análisis pues el principal objetivo de Portezuelo es la generación de energía para venderla, que produzca regalías y que ese dinero sea usado para financiar otras represas. El círculo «virtuoso» que se prevé y que fue ejecutado en otras provincias, como San Juan. Suarez asegura que adjudicará la obra al único oferente (el consorcio Malal Hue), aunque luego deberá firmar el contrato y esperar que la Corte Suprema no frente nada ante las demandas de La Pampa. Todo indica que Suarez podría adjudicarla, pero no será quien la vea en ejecución. 

Portezuelo costará, sin contar mayores costos, más de 1000 millones de dólares. Todo el plan de obras del Departamento General de Irrigación para mitigar el Cambio Climático está presupuestado en 280 millones de dólares aproximadamente. 

Otro de los planes del Gobierno es la ejecución de la represa El Baqueano, en el río Diamante. Se trata de un curso de agua ya regulado por dos represas y cuyo nuevo proyecto está en estudio, pero sin financiamiento. El Diamante también está en caída en cuanto al volumen de agua y por eso la represa que se sumaría a Los Reyunos y Agua del Toro agregaría otro «reservorio». Claro, se redefine todo, pues los proyectos originales son de hace más de 40 años. 

El Río Diamante tendría otro dique.

El Río Mendoza también tendría al menos un dique más (originalmente se pensó un sistema de tres embalses). El proyecto que desarrolla el Gobierno es la represa Uspallata, cerca de la villa homónima. Está en proceso de licitación el paquete de estudios ambientales y sociales para elaborar el proyecto que pondría el segundo embalse, con dimensiones mayores a las de Potrerillos y que serviría para contener parte de los sedimentos, además de generar energía y tener otro lago. Nuevamente el tema tiempos y financiamiento juega un papel clave: los proyectos datan de casi un siglo, aunque hace 40 años se estudió más profundamente. La realidad ambiental, principalmente hidrológica, era otra. Ahora se busca encarar nuevos estudios. La realización de esa obra es hoy una quimera por falta de recursos. El proyecto Los Blancos, en el Río Tunuyán superior, llegó a ser anunciado y hasta licitado. Pero no existe ni siquiera a nivel de proyecto aún. Mucho menos existen los recursos para hacerlo. 

El último dique se inauguró hace 20 años, pero su funcionamiento pleno fue posterior y aún no se termina el plan de optimización. A ese ritmo, el sistema de adaptación al cambio climático y de aprovechamiento de los ríos para generar energía puede demorar más de lo que la necesidad demanda. 

https://www.mdzol.com/politica/2021/10/17/represas-costosas-en-rios-secos-la-estrategia-para-enfrentar-el-cambio-climatico-193854.html?fbclid=IwAR0SDz6rmnhND4p05cx49z_QdC-TxX-f-9wLK-7BfNWTCI9SJCZrXI7ELF4

Climate Change is Elevating the Financial Risks of New Hydropower

 

Mekong dry Climate Justice November 2, 2021

by Justin Muhl and Josh Klemm

As delegates converge at COP26 in Glasgow this week, many are promoting the notion of hydropower as central to weaning our energy systems off of fossil fuels. Yet hydropower generates significant greenhouse gases, particularly methane, and is one of the most vulnerable energy technologies to the impacts of climate change.

Climate change is driving increasingly severe weather events, from devastating floods in Europe and China, to prolonged drought in the western U.S. and Brazil. Hydropower relies on river flows and so is particularly exposed to these effects, which are only expected to become more serious over time. In recent years, we have seen countries from Brazil to Zambia grapple with the effects of years-long droughts on hydro-dependent energy systems. The economic impacts of losing power at just the time it is most needed have already been significant.

The increasing unpredictability of hydropower as a result of climate change poses real challenges to energy planners tasked with managing electricity grids, and real risks for financiers in the energy sector. This is discussed in a new briefing paper on the impacts of climate change for the financial viability of new hydropower projects.

The paper draws on some of the latest scientific research, recent accounts of climate-related impacts on hydropower, as well as analysis of five in-depth cases using the Riverscope assessment tool. Developed by TMP Systems, Riverscope is the first comprehensive tool to assess often-overlooked environmental and social risks and connect them quantitatively to the commercial performance of hydropower projects. It uses geospatial analysis and a robust quantitative methodology to evaluate commercial risk in the hydropower sector.

Using Riverscope assessments as a baseline, the briefing paper finds that even relatively modest climate impacts on hydropower generation would have a detrimental impact on project finances. In the case of the proposed Koukoutamba dam in Guinea, for example, an average 5% annual reduction in output would lead to a Net Present Value (NPV) loss of $110 million. The same climate scenario amounted to an average loss of $189 million across the cases examined. This would make power from these projects prohibitively expensive and risky for financiers, and would further dampen their cost competitiveness against readily available solar options.

As the graph below indicates, these climate impacts would lead to an 11% increase in the Levelized Cost of Electricity (LCOE) from original projections. This means that even if Koukoutamba were online today, local solar options would already be cheaper per kilowatt hour. But by 2025, the earliest possible point of operation, this added climate exposure would make Koukoutamba 25% more expensive than local solar alternatives. Such financial impacts of climate change on large hydropower projects are likely to grow over time as climate impacts worsen.

Some key takeaways from the climate assessment include:

  • Hydropower is a contributor toward climate change. Tropical reservoirs are known for their considerable GHG emissions which directly contribute to global warming, while hydropower indirectly contributes to climate change through deforestation.
  • Increasingly unpredictable climate impacts could directly affect the output of hydropower plants during periods of drought, while climate-induced flooding can add to construction delays and cost overruns, as well as threaten dam safety.
  • Energy planning needs to be more systematic in its approach to account for the climate and cumulative impact of dams, amongst other environmental, social and commercial factors.
  • Much more extensive efforts are needed to exhaust alternative options before dams are developed, and much better monitoring and regulatory systems are needed to avoid the worst climate impacts of hydropower.

As the briefing paper demonstrates, large hydropower is not necessarily an effective weapon in the climate fight, but is rather a growing chink in the armor. As the climate crisis continues to take hold, and given that hydropower is directly reliant on water regimes, large dams will only become more vulnerable to climate extremes. Both the financial and climate justifications for promoting hydropower do not hold water, and as negotiations get underway in Glasgow, policymakers should take note.

Justin Muhl is an Associate at TMP Systems. Josh Klemm is the Policy Director at International Rivers.

Featured photo: Dried up Mekong River in Thailand by Khong Jiam See All Blog Posts

Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza (Español e Inglés)

🌱 ¡Están invitados al Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza #RightsofNatureTribunal happening en Glasgow, Escocia, Reino Unido, en paralelo a la COP26!

Casos: Falsas soluciones a la crisis climática, y la Amazonía, una entidad viva amenazada.

¿Cuándo?

🗓 3 y 4 de noviembre, 16h GMT

¿Dónde?

📍 En persona en el Auditorium A, Technology & Innovation Centre, Strathclyde University. Inscripciones: bit.ly/tribunalinperson

💻 Online a través de Zoom & Facebook live. Inscripciones: bit.ly/rightsofnaturetribunal Lenguajes: Español, Inglés, Francés, Portugués

➡️ Más información: rightsofnaturetribunal.org/tribunals/glasgow-tribunal-2021

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International Rights of Nature Tribunal

The #RightsofNatureTribunal seeks to demonstrate how the Rights of Nature can be applied, putting a series of urgent, real-world cases before a panel of distinguished judges, who examine and rule on the cases from a Rights of Nature perspective.Join us this November in defending the #RightsofNature.

🗓️ Nov 3rd & 4th, 16h GMT

📍 Auditorium A, Technology & Innovation Centre, University of Strathclyde

& Zoom 💻✍️Sign up to participate virtually: bit.ly/rightsofnaturetribunal

🙋🏽‍♀️ Sign up to attend in-person: bit.ly/tribunalinperson

Amazon WatchFundación SolónCEDENMAREPAMCentro de Reflexión y Acción Social Padre Juan MontalvoAmazon RebellionBolivia Libre de TransgénicosAcción EcológicaGlobal ExchangeThe Gaia FoundationWomen’s Earth and Climate Action NetworkCenter for Earth JurisprudenceKalpavrikshInternational RiversOperação Amazônia NativaVicariato Apostólico de PandoForo Social Panamazónico #Belém2022#Belém2022Nature Rights

Image credit: Diseñadores con corazón / Designers with heartPrograma de Pequeñas Donaciones de Ecuador

#Reinicia#DiseñadoresConCorazon#Greencrowds

El 90% de los ríos europeos serán insalubres en 2027, según informe de WWF

Las tranquilas aguas del Guadalquivir, en España, están consideradas de contaminación moderada.

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Adriana Garzón

Dos de las 21 cuencas hidrográficas estudiadas, ambas en Finlandia, gozarían de buena salud en 2027.     SB Bruselas (EFE) 26 de octubre 2021, 08:36 A. M.

El 90 % de las cuencas fluviales analizadas en varios países de la Unión Europea (UE) seguirán siendo insalubres en 2027, según revela un nuevo estudio realizado por la ONG Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la coalición Ríos Vivos de Europa.

La segunda edición del informe «El ‘sprint’ final de los ríos europeos», publicada hoy, concluye que solo dos de las 21 cuencas hidrográficas estudiadas, ambas en Finlandia, podrían gozar de buena salud en 2027.

(Le puede interesar: El CO2 en la atmósfera marcó un nuevo récord en 2020 pese a la pandemia)

En base a estos resultados, el informe subraya que varios países «no alcanzarán el objetivo jurídicamente vinculante de la UE de devolver la salud a las aguas dulces sucias de Europa» para ese año.

En esta edición el informe incluyó el análisis de los ríos españoles Duero, Ebro, Guadalquivir y Guadiana, los cuales han sido ubicados en la categoría de estado moderado.

Por detrás de las dos cuencas hidrográficas de Finlandia, categorizadas como estado bueno, les siguen la cuenca del Loira-Bretaña en Francia y del Guadiana en España, que obtienen buenos resultados en varios ámbitos y avanzan hacia los objetivos de la Directiva Marco del Agua.

(Le puede interesar: Así llegan los grandes bloques del mundo a la cumbre del clima COP26).

Esta directiva, adoptada hace 20 años, exige que los Planes Hidrológicos de Cuenca se elaboren cada seis años y que indiquen cómo se alcanzarán los objetivos medioambientales de cada cuenca hidrográfica.

El informe destaca que los planes para el periodo 2022-2027 «son cruciales», ya que son los últimos antes de la fecha límite de la directiva para garantizar en 2027 la buena salud del agua.

Los casos en peor estado son dos cuencas hidrográficas italianas, dos alemanas, el río Rin en Países Bajos y el plan internacional del Odra. El rendimiento de los proyectos de planes de gestión de cuencas hidrográficas es «deficiente» en casi la mitad de los indicadores analizados, entre los que se incluyen la contaminación, la extracción excesiva de agua, los bloqueos como las presas y la mala gestión de las inundaciones y las sequías.

(Además: Qué es la COP26 y por qué es vital para el futuro del mundo).

En la presentación del informe, la responsable del área de aguas de la Oficina de Política Europea de WWF, Claire Baffert, señaló que «en lugar de centrar sus esfuerzos en el sprint final hacia unos ríos saludables en 2027, demasiados países de la UE lo están posponiendo». «Nuestros ríos merecen una buena planificación, medidas serias e inversiones creíbles», manifestó Baffert, que aseguró que «muchos países de la UE están corriendo hacia el incumplimiento de la legislación».

El jefe adjunto de la Unidad de Agua Limpia en la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Hans Stielstra, apuntó que aunque el estudio muestra datos interesantes, solo se han analizado las cuencas hidrográficas de once Estados, por lo que consideró que «no puede ser representativo para toda la UE».

En el informe se recomienda a los Estados miembros que dediquen un presupuesto sustancial al programa de medidas, alinear los planes de gestión de residuos con las ambiciones nacionales en materia de biodiversidad y promover la adopción de soluciones basadas en la naturaleza.

‘Hay que elegir líderes que se preocupen por el clima’https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/para-el-2027-el-90-de-los-rios-europeos-seguiran-siendo-insalubres-627884

New research shows hydro dams are not as clean as we thought

by Opinion Contributor

October 26, 2021

In this June 22, 2010 file photo, the Jean-Lesage hydro electric dam generates power along the Manicouagan River north of Baie-Comeau, Quebec. Credit: Jacques Boissinot / The Canadian Press via AP

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Bradford H. Hager is the Cecil and Ida Green Professor of Earth Sciences at MIT, where he does research on reducing greenhouse gas emissions. He lives in Mercer.

I once believed that all hydropower is clean. But recent research shows clearly that some hydropower is not. Unfortunately, the intuitively appealing notion that Québec can export clean power to Massachusetts and New York, as well as decarbonize Québec, no longer holds up to rigorous analysis. In light of recent peer-reviewed research it is clear that NECEC is unlikely to reduce global carbon emissions and may well increase them.

We now know that there is a huge range in greenhouse gas emissions of hydro reservoirs. Reservoirs in deep, narrow valleys, as in Switzerland, provide clean power. Shallow reservoirs flooding vast forests, as in Brazil and Québec, do not. This makes sense. Between 1971 and 2011, Hydro Québec flooded thousands of square miles of forestland, killing the trees that had been removing carbon from the atmosphere. These flooded trees and soil decay, releasing substantial CO2 and methane for decades.  

The Maine Public Utilities Commission conclusion that the New England Clean Energy Connect would prevent the release of over 3 million metric tons of greenhouse gas every year ignores the peer-reviewed science, from both independent and Hydro Québec scientists, that all of Hydro Québec’s reservoirs emit CO2 and methane. Instead, the PUC based its conclusion on the report of a consulting company, hired by Central Maine Power Co., that said that the power that NECEC would provide is emission-free. Although Hydro Québec has not corrected the PUC conclusion, it does acknowledge that there are substantial emissions from some of their reservoirs, particularly newer ones, but says that excess emissions from the decay of flooded vegetation go away after a few years.  Hydro Québec’s own measurements contradict that claim, and recent research  concludes that climate damaging emissions from the decay of flooded organic material may continue for over 50 years. Consider our experience in Maine: Logs continue to decay slowly at the bottoms of rivers half a century after the log drives ended.

Another worrisome change in our understanding of Hydro Québec’s emissions concerns methane, a greenhouse gas that has a warming effect 85 times greater than that of CO2 over the 20-year timescale important for climate change. Hydro Québec claims that methane is an issue for tropical reservoirs, but not their northern ones. Yet a paper published this year, co-authored by a Hydro Québec scientist, estimates that their methane emissions have a climate impact that is significantly greater than their already substantial CO2 emissions.

The most frustrating part of the discussion regarding the NECEC, including its permitting reviews, is that it considers only local greenhouse gas emission reduction. Climate science clearly shows that global warming results from total, not local, emissions. Merely shifting emissions from Massachusetts to Canada or elsewhere does not help the climate. Québec has surplus capacity during times of unusually high water, and in the winter it has sometimes needed to import power from neighboring provinces. Power generated by burning coal in the neighboring province of New Brunswick is much dirtier than the gas-generated power in Massachusetts that NECEC would replace. Using Québec’s hydropower to replace New Brunswick’s coal would be far more effective in fighting climate change than exporting it via the NECEC would be.

We urgently need solutions to the climate crisis, but they must be scientifically sound. We now know much more about carbon emissions from hydro than was known when Maine issued permits for the NECEC. The emissions from new reservoirs (Hydro Québec states it is not planning any now) are nearly as large as those of natural gas power plants, and five to 20 times those of solar and wind. Let’s try to ensure that wind and solar, which are both cheaper and much cleaner than new hydro, are the low carbon power sources of the future. We must not allow Hydro Québec to lock in infrastructure that would delay development of local wind and solar and set back the vital agenda to solve climate change.

La industria hidroeléctrica amenaza a los últimos ríos salvajes

10 octubre, 2021 The Conversation

Las tecnologías para aprovechar el poder del agua se promocionan como cruciales para un futuro con bajas emisiones. Pero durante muchas décadas, la industria hidroeléctrica ha causado graves daños al medio ambiente y la vida de las personas.

Más de 500  nuevas represas hidroeléctricas están actualmente planificadas o en construcción en las áreas protegidas del mundo. Y unos  260.000 kilómetros  de los últimos ríos salvajes, incluidos los ríos Amazonas, Congo, Irrawaddy y Salween, están amenazados por las presas propuestas.

Pero se necesita con urgencia una supervisión estricta y un compromiso por parte de los bancos y los gobiernos de apoyar únicamente los desarrollos hidroeléctricos de bombeo sostenibles. De lo contrario, la industria en expansión podría desplazar a millones de personas más, dañar irreparablemente los ríos y llevar a las especies a la extinción.

La vieja tecnología hidroeléctrica da nueva vida

La hidroelectricidad es una tecnología antigua que consiste en hacer pasar agua desde un depósito a través de una turbina para generar electricidad. Una aplicación, conocida como  almacenamiento por bombeo , puede almacenar la electricidad generada por la energía solar y eólica. En la era del cambio climático, el almacenamiento por bombeo ha dado nueva vida a la tecnología hidroeléctrica.

La energía hidroeléctrica bombeada utiliza el exceso de energía renovable para bombear agua desde un depósito más bajo a uno más alto. Luego, el agua se libera cuesta abajo para producir electricidad cuando se necesita, luego se bombea nuevamente cuando la electricidad vuelve a ser excedente.

Las tecnologías como la eólica y la solar solo pueden producir electricidad cuando el sol brilla o el viento sopla. La energía hidroeléctrica bombeada puede hacer que dichos generadores sean más confiables al almacenar energía renovable cuando se produce y luego liberarla según sea necesario.

El almacenamiento de agua por bombeo se puede agregar a los embalses existentes en los ríos. También se puede ubicar frente a los ríos, lo que a menudo puede conducir a mejores resultados sociales y ambientales. Uno de esos proyectos en el norte de Queensland, Kidstone , implica la remodelación de una antigua mina de oro.

Un historial pobre

La energía hidroeléctrica y las represas asociadas tienen un largo historial de daños ambientales y sociales. Además de las inundaciones de ecosistemas, tierras de cultivo y pueblos, los proyectos hidroeléctricos interrumpen significativamente los flujos de los ríos. Esto, entre  otros daños , puede privar de agua a los humedales de las llanuras aluviales, bloquear la migración y reproducción de peces y reducir los flujos de nutrientes.

A nivel mundial, las poblaciones de especies de agua dulce, incluidos mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces, han disminuido en aproximadamente un  84% desde 1970, en gran parte debido a las presas. En Tasmania, la inundación del ecosistema único del  lago Pedder  en la década de 1970 provocó la extinción de varias especies.

Y aunque la energía hidroeléctrica se considera una energía “limpia”, puede generar cantidades significativas de gases de efecto invernadero cuando las plantas y los árboles inundados se descomponen.

Las emisiones de la mayoría de las represas hidroeléctricas son comparables a las emisiones del ciclo de vida de los generadores solares y eólicos. Pero en sitios tropicales más cálidos donde la vegetación es más densa, los reservorios  podrían tener  una tasa de emisión más alta que la electricidad basada en fósiles.

Pero habitualmente se proponen nuevos proyectos hidroeléctricos  en sitios  donde causarán daños sustanciales. Y los problemas sociales y ambientales causados ​​por las represas hidroeléctricas  continúan  en lugares tan diversos como  Colombia  y la  región del Mekong en el sudeste asiático.

El proyecto de almacenamiento por bombeo Snowy 2.0 en el Parque Nacional Kosciuszko en Australia destaca las compensaciones involucradas en muchos desarrollos hidroeléctricos.

Promete mejorar la confiabilidad de la energía solar y eólica, ayudando a mitigar el cambio climático. Pero  también  amenaza a dos especies de peces en peligro de extinción, y se están despejando varios miles de hectáreas de parque nacional   para infraestructura.

Un cambio de imagen de la industria hidroeléctrica

Claramente, la industria hidroeléctrica mundial tiene un trabajo de relaciones públicas que hacer, si se quiere realizar su expansión global. La Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica parece haberse dado cuenta de esto, adoptando un enfoque sofisticado para mejorar la licencia social de la industria.

La industria se ha comprometido a no construir represas hidroeléctricas en sitios del patrimonio mundial. También ha  ofrecido  “evitar, minimizar, mitigar o compensar” los daños en las áreas protegidas (aunque no ofrezca una protección completa).

Sin embargo, es difícil ver que los nuevos estándares se apliquen sistemáticamente a menos que los gobiernos de las principales naciones constructoras de represas, especialmente China, India, Brasil y Turquía, adopten los estándares en sus procesos de planificación y aprobación.

¿Y cómo se evitará que los operadores deshonestos y los financistas irresponsables desarrollen proyectos insostenibles, especialmente cuando algunos gobiernos están obsesionados con habilitarlos?

Es de interés para la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica, como elemento progresista de la industria hidroeléctrica, abogar por que los gobiernos y los financistas evalúen los proyectos hidroeléctricos propuestos en función de los nuevos estándares.

Causando el menor daño

La energía hidroeléctrica de bombeo tiene un papel importante que desempeñar en la transición de las energías renovables, pero solo cuando los proyectos causan un daño mínimo a las personas y la naturaleza.

Garantizar una industria sostenible en el futuro podría lograrse deteniendo los dañinos proyectos hidroeléctricos convencionales en los ríos. En cambio, los proyectos de almacenamiento por bombeo deben desarrollarse cuando:

  • una evaluación muestra que satisfacen las necesidades de un sistema energético
  • Los conflictos ambientales y sociales son mínimos, como en los sitios fuera del río.
  • para proyectos en áreas tropicales, se evitan los reservorios poco profundos y la inundación de la vegetación para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero.

El almacenamiento por bombeo ofrece a la industria hidroeléctrica la oportunidad de reposicionarse de villano a héroe. La industria ahora debe traducir sus palabras en práctica. Y los financieros y los reguladores gubernamentales deben apoyar solo aquellos proyectos hidroeléctricos que busquen genuinamente minimizar el daño ambiental y social.

Este artículo fue escrito por Jamie Pittock, profesor de la Escuela Fenner de Medio Ambiente y Sociedad de la Universidad Nacional de Australia. Se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Artículo en inglés

https://www.ecoportal.net/temas-especiales/la-industria-hidroelectrica/

Las hidroeléctricas NO SON sostenibles

Mira el video en castellano acerca de la Movida Global por los Ríos y Pueblos.

Las hidroeléctricas no son sostenibles! Tampoco son fuentes limpias, verdes o renovables de energía. Las emisiones de gases de efecto invernadero de las presas son históricamente subestimadas. Las presas son una gran fuente de metano, un gas 86% más potente que el gas carbónico.

Las hidrelétricas son igualmente dañinas para los derechos humanos. Hasta el año 2000, más de 80 millones de personas habían sido desplazadas y más de 420 millones de personas tuvieron sus vidas impactadas por las presas.

Mientras soñamos el futuro que queremos y necesitamos, no olvidemos que los ríos libres son imprescindibles para luchar contra el cambio climático y para el desarrollo sostenible. No hay tiempo para apostar en soluciones falsas como las hidroeléctricas.

http://www.internationalrivers.org/

Ambientalistas plantaron cara a la industria hidroeléctrica y urgen cambio en modelo energético

Por Vinicio Chacón | vinicio.chacon@ucr.ac.cr

8 octubre, 2021

Desde Costa Rica se organizó la oposición global al Congreso de la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica realizado en setiembre. Activistas además llevarán un pronunciamiento a la Cumbre de Cambio Climático de Glasgow.

“Estamos hablando de explotación privada de los ríos y de generación de riqueza que se va de los países. Hemos dicho al gobierno de Costa Rica, al ICE desde hace muchísimo tiempo, que no se trata de planificar la hidroelectricidad, planificar un modelo energético e hidroeléctrico significa que el país tiene que llegar a acuerdos para decidir qué ríos se puede explotar, de cuáles fuentes vamos a atender la demanda eléctrica”.

De esa manera puntualizó sus preocupaciones el activista Oswaldo Durán, de la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (Fecon), durante uno de los últimos actos que se organizaron para ofrecer una respuesta al Congreso Mundial de Energía Hidroeléctrica, que la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica (IHA) realizó en Costa Rica en setiembre.

Esa respuesta tomó la forma de la denominada Movida Global por los Ríos y los Pueblos, que culminó sus actos de protesta el pasado viernes en la plaza de la Democracia y que además produjo una “Declaración global por los derechos de los ríos y de los pueblos”, que será llevada en noviembre a la próxima Cumbre Climática que e realizará en noviembre en Glasgow, Escocia.

Durán manifestó que sólo el hecho de definir ríos y pueblos juntos “nos coloca en una posición frente a las empresas y gobiernos, porque no es una disputa sencillamente por hacer o no hacer hidroeléctricas, es una disputa por modelos económicos, por respeto a la naturaleza, a derechos de los ríos que no son reconocidos en los países y sobre todo respeto derechos de las comunidades y pueblos que nunca han sido tomados en consideración cuando se construyen las represas”.

En ese sentido, manifestó que se han dado “casos verdaderamente grotescos”, como el de la represa Belo Monte sobre el río Xinjú, en la Amazonía brasileña, o el proyecto Hidroituango en Colombia, además de casos en Honduras, México, Guatemala.

En Honduras ha sido muy notorio el caso de la líder indígena y feminista Berta Cáceres, asesinada por movilizar a la oposición a un proyecto hidroeléctrico, igual suerte corrieron Sebastián Alonso en Guatemala, o Noé Vázquez y Leonel Díaz en México.

“Son muchos casos de empresas que no contemplan absolutamente para nada los derechos de la gente y de la naturaleza”, puntualizó.

Apuntó además que se trata de un modelo de explotación que “traspasa barreras nacionales, en muchos casos propician la la inversión externa directa, explota los recursos de los países” y que “a la gente que se opone la judicializan, la persiguen, la encarcelan y hasta la matan y la riqueza que se genera se va”.

Así, reanudó sus críticas a las autoridades nacionales pues “más bien exacerban el modelo” y especificó que en la Asamblea Legislativa se tramitan dos proyectos de ley “promovidos por el ICE y el gobierno, que buscan permitir la exportación de los generadores privados al mercado centroamericano, eso aumentará la presión sobre los ríos, principalmente los que están en territorios indígenas”.

Además criticó al presidente Carlos Alvarado porque “ha forzando argumentos de la OCDE para quitar trabas a la inversión externa para producción de energía eléctrica. Eso sería desde mi punto de vista liquidar el sistema nacionalizado social de generación de electricidad nos llevaría a 100 años de atraso, poniéndonos otra vez en manos de compañías transnacionales privadas explotar indiscriminadamente los ecosistemas”.

Declaración internacional

Durán relató que la iniciativa surgió hace más de un año, cuando se anunció después de la cumbre de París que se iba a realizar el congreso mundial de hidroelectricidad en Costa Rica, “decidimos que había que contestarlo, sumando a las organizaciones de Costa Rica que durante décadas hemos hecho un contra discurso al discurso oficial sobre electricidad limpia y sostenibles, contactamos organizaciones internacionales de Canadá, Estados Unidos, Rusia, Francia, Cataluña, con gente de prácticamente toda América Latina a través de la Red Latinoamericana de Ríos y Comunidades y decidimos convocarles a la Movida Global por los Ríos y los Pueblos”.

Pero el trabajo no se quedó ahí pues se sumó el apoyo de 300 organizaciones de 69 países, que firmaron la Declaración para llevarla a la Cumbre de Cambio Climático en Glasgow, en noviembre, “pidiendo a la ONU que revise los estándares de sostenibilidad de las hidroeléctricas”.

Además de las 300 organizaciones, esa Declaración según informó fue firmada por más de 1600 personas.

👉https://semanariouniversidad.com/pais/ambientalistas-plantaron-cara-a-la-industria-hidroelectrica-y-urgen-cambio-en-modelo-energetico/