[Comunicado] Txawün de comunidades y organizaciones reafirma defensa del río Cholchol

Feb 21, 2022 | Comunicados

Comunicado Público

La coordinación Inkayaiñ Chol chol Lewfu convocó el día de ayer a un txawün/encuentro ciudadano en el río Chol chol, que contó con la participación de 31 comunidades mapuche, 3 organizaciones sociales, y 400 personas aproximadamente que firmaron su oposición al proyecto de Juan Sutil, el cual pretende crear tres embalses en el fundo Nilpe, interviniendo de esta forma los afluentes del río Chol chol. Según el derecho de libre determinación consagrado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en su artículo 3 y 4, es que nos hemos autoconvocado, para discutir y definir una posición frente a la amenaza que significa la implementación de un proyecto frutícola en la zona del fundo Nilpe que tiene contemplado la intervención del río Chol chol, en este sentido declaramos:

1- Que el río Chol chol junto a todos sus afluentes constituye un elemento esencial en el desarrollo cultural mapuche, en el aspecto económico, y social, considerando además que un número importante de APR se sostienen gracias al río. Así como también, que gracias a sus aguas se ha logrado sofocar las llamas de los desbastadores incendios que anualmente consumen superficies de las comunidades, casas y siembras. No se puede concebir la zona de Galvarino, Chol chol, Nueva Imperial y Carahue sin nuestro río.

2- Por el valor y la importancia cultural, social y económica es que nos oponemos al proyecto de las empresas de Juan Sutil y Hernán Garces, que buscan la plantación a gran escala de cerezos, y qué para lograr realizar la producción de esta fruta, requieren de cantidades indeterminadas de aguas, por lo que la construcción de tres embalses afectará de forma directa e irreversible el río de Chol chol, rompiendo el equilibrio ecológico, afectando además las aguas por el uso de químicos, todo lo que vendrá a repercutir y dañar la vida de todas las comunidades mapuche cercanas al río.

3- Denunciamos también las tramposas acciones de Juan Sutil que aprovechando la débil legislación medio ambiental, solo ha tramitado una declaración de impacto ambiental ya que según sus criterios el proyecto no alterara el río Chol chol ni las comunidades colindantes. Para este propósito a contado con la complicidad del alcalde actual de Galvarino y del constituyente Fuad Chahín. Por ello, exigimos que el señor Chahín sea inhabilitado para participar en cualquier votación que tenga que ver con los derechos del agua, ya que participó realizando proselitismo al proyecto, situación que es de público conocimiento.

4- Comenzaremos una profunda revisión acerca de los derechos de agua que han sido otorgados en el río Chol chol y todos sus afluentes, así como las mediciones de calidad de agua y todas las actividades agrícolas industrializadas que pueden estar vertiendo sustancias químicas a las aguas, determinar el origen de las abundantes algas que se encuentran en el río, así como la forma de revertir esta situación.

5- Además, señalar que ya somos zona de sacrificio por muchos años y la presencia de las plantaciones de pino y eucaliptus, han causado daño en nuestro ecosistema y sobre todo en las fuentes de aguas. Por tal razón, exigiremos a partir de hoy las medidas necesarias para detener el nefasto efecto de las innumerables plantaciones forestales en la zona, principalmente las empresas Mininco S.A, Bosques Arauco y Probosque, ya que han generado sequía, erosión de las tierras y una profunda alteración del medio principalmente por la extinción del bosque nativo. Estas empresas son las responsables no solo del daño ecológico, sino además del sistemático daño producido al pueblo mapuche que se traduce en pobreza, migración forzosa y discriminación.

6- Por ello y considerando sus importantes ganancias que son la contra parte de la región de la Araucanía, que es según todos los estudios la región más pobre de Chile, estas empresas han condenado a las familias mapuche a beber agua de camiones aljibes y a no poder hacer uso de sus suelos que una vez forestados no han podido reconvertir a suelos fértiles aptos para la siembra. Por tal razón, el Estado y las forestales tiene una responsabilidad en la reconversión de los suelos y se requiere un decreto que permita a las familias de pequeños agricultores empobrecidos, restituir sus suelos a través de una indemnización por daños y perjuicios.

7- Exigimos a las autoridades locales que se pronuncien y den a conocer su postura en relación al proyecto de Sutil, ya que ellos representan a la ciudadanía que democráticamente los ha elegido para gobernar. No es posible a estas alturas permanecer en silencio y ser cómplice de este ecocidio, que afectará a las comunidades mapuche más vulnerables y a toda la población urbana y rural que habita en las riberas del río.

8- Hacemos un llamado a las comunidades mapuche y organizaciones sociales, de diferentes territorios a informarse, autoconvocarse y manifestarse en contra de este proyecto ecocida y destructor de nuestro itxo fill mogen. La coordinadora Inkayaiñ Chol chol Lewfu tiene la disponibilidad de apoyar con material informativo los txawün o encuentros que se realicen en los territorios comprometidos con la defensa del río.No seremos un nuevo Petorca, debemos detener la ruta de la sequía que trae Sutil-Garces apoyados por el Estado y políticos locales entre ellos lamentablemente mapuche. El problema forestal ya es una catástrofe ambiental, no podemos esperar que se genere un nuevo holocausto ecológico.

Comunidades firmantes

1. Comunidad José Miguel Huaiquian (Atrenco)

2. Comunidad Federico Antinao (Cuyinco Alto)

3. Comunidad Pascual Painemilla (Rucapangue grande)

4. Comunidad Calvio Millan (Ailinco)

5. Comunidad Juan Ancaye (Piuchen)

6. Comunidad Huenul Llancal (Launache)

7. Comunidad Juan Curihuil (Copinche)

8. Comunidad Antonio Painemal (Carreriñe)

9. Comunidad Trif trifko (Trif trifko)

10. Comunidad Ramon Painemal (Coihue Painemal)

11. Comunidad José Nino (Rucapangue)

12. Comunidad José Luis Collio (Malalche Quilimanzano)

13. Comunidad Anselmo Quintriqueo (Repucura Central)

14. Comunidad Domingo Coñoepan 2 (Piuchen bajo)

15. Comunidad Manuel Cayunao (Coilaco)

16. Comunidad José Curinao (Arenas Blancas)

17. Comunidad Manuel Huenchunao (Pitraco Tosca)

18. Comunidad Rosario Morales (Carreriñe bajo)

19. Comunidad Benito Nain (Los duraznos)

20. Comunidad José Chanqueo (Rapahue)

21. Comunidad Miguel Lemunao (Pitraco tosca)

22. Comunidad Gabriel Chicahual (Coihue Curaco)

23. Comunidad Soto Calfuqueo (Los Boldos)

24. Comunidad Juan de Dios Huichaleo (Ñanculeo)

25. Comunidad Rayen Lafken (Picuta)

26. Comunidad Huenchul Alcaman

27. Comunidad Mulato Huenulef 2 (Rumulhue)

28. Comunidad Ramon Ancamil (Huiñoco)

29. Comunidad Juan Levio (Cuyinco bajo)

30. Comunidades en recuperación forrowe wallontumapu (Boroa)

31. Comunidad Malalkawe (Imperial)

32. Asociación Txawün pu zomo Painemal (Coihue Painemal)

33. Agrupación ambiental cultural (Nueva Imperial)

34. Organización Lonco wariache (Chol Chol urbano)

Ríos Libres para Chile: El arte y el activismo se unen en defensa de los ríos

Por Opazo

26 enero, 2022 Publicado en

Artes / Artes Visuales / Chile / Medio Ambiente / Regiones

Campaña Ríos Salvajes busca involucrar a la ciudadanía sobre la importancia y la necesidad de proteger y restaurar los ríos chilenos profundamente alterados por la actividad humana.

Chile tiene más de 1200 grandes ríos escasamente protegidos, mientras vive su peor crisis hídrica producto de los efectos visibles del cambio climático y una mala gestión de las aguas, excesivamente permisiva con industrias como la agroalimentaria, forestal, minera e inmobiliaria y que promueve el desarrollo de represas e hidroeléctricas.

Por lo mismo es fundamental la Campaña Ríos Salvajes, que busca involucrar a la ciudadanía sobre la importancia y la necesidad de proteger y restaurar los ríos chilenos profundamente alterados por la actividad humana. De hecho, el país ha transitado desde una situación de privilegio hídrico a estar en el puesto 18 en la lista global de países con mayor riesgo de sufrir estrés hídrico.

Actualmente, un tercio de las comunas del país se encuentra con decreto de escasez hídrica y el Estado debe abastecer de agua potable con camiones aljibe a, al menos, 400 mil personas en todo el país.

Así, en medio de este panorama, el pasado viernes 21 de enero se inauguró en la ciudad de Pucón el Mural “Protejamos los Ríos Salvajes”, actividad organizada por Patagonia Chile en conjunto con las ONGs LabSocial y Movimiento Arte Down.

“El mural Protejamos los Ríos Salvajes es un trabajo colaborativo e inclusivo, una forma de inspirar a las comunidades a actuar por la protección y restauración de los ríos de nuestro país”, explica Benjamín Carvallo, Brand & Community Manager de Patagonia Chile.

Por su parte, Francisca Mira, de la ONG LabSocial, comenta que “entre los valores transversales que tenemos en común con Patagonia está la sensibilización respecto al cuidado del medio ambiente, entendido como un desafío colectivo e histórico de alcance mundial para preservar nuestro ecosistema”.

Y agrega que “ArteDown Internacional es un Movimiento Artístico Inclusivo -perteneciente a LabSocial- que genera un espacio para que niños, jóvenes y adultos en situación de discapacidad puedan promover la inclusión a través del arte. Nos motiva generar un precedente con Patagonia, donde el trabajo colaborativo entre la preservación del ecosistema y la inclusión a través del arte, puedan fusionarse virtuosamente para mostrar que podemos co-crear un mundo más amable, comprometido e íntegro con las personas y la naturaleza”.

Mural Protejamos los Ríos Salvajes / Foto de Víctor Astete

Es importante destacar que los ríos son vitales vital del ciclo del agua y fundamentales en la mitigación del cambio climático. Son ecosistemas dinámicos e integradores que suministran agua a los seres humanos, transportan nutrientes hacia los océanos, capturan carbono y nitrógeno, conectan humedales, turberas y suelo y aportan a la alta biodiversidad a zonas de desembocadura.

Actualmente, no existe en Chile una figura legal específica que proteja a los ríos de amenazas, o que ponga en valor y resguarde los atributos excepcionales de la inmensa variedad de torrentes de agua que tenemos a lo largo y ancho de nuestro país, “pese a que cuidarlos es algo de sentido común, porque somos un país seriamente afectado por la mega sequía, altamente vulnerable al cambio climático y con menos del 1% de los 1.251 grandes ríos parcialmente protegidos”, explica Álvaro Montaña, Geógrafo de Fundación Geute Conservación Sur e integrante de la campaña Ley de Ríos Salvajes.

En efecto, solo el 1% de los ríos nacionales se encuentra “protegido” a través de Reservas de Caudales y Santuarios de la Naturaleza, que son las únicas dos figuras de protección con que contamos en la actualidad. “Lamentablemente, ambas son insuficientes, ya que no protegen de manera integral los ríos, no prohíben expresamente ninguna actividad en ellos y tampoco incentivan la restauración”, agregan desde Fundación Geute.

Por lo anterior, y en busca de un marco legal orientado a una protección integral y eficaz, surgió la iniciativa de la Ley de Ríos Salvajes, impulsada por Fundación Geute Conservación Sur, ONG Ecosistemas, Fundación Terram e International Rivers. El proyecto busca la protección o restauración de ríos, y no está enfocado solo en ríos prístinos, sino que en todos aquellos que tengan un alto valor escénico, recreativo, geológico, histórico, cultural o ecológico.

En este sentido, Álvaro Montaña finaliza con la convicción de que “podemos trabajar para que la vida natural regrese a sus riberas y volvamos a tener un ecosistema saludable. Un río que vuelva a correr salvaje y que nos permita satisfacer nuestras necesidades de agua, pero de manera responsable y sustentable. Y se agradece si lo hacemos no sólo desde un marco legal, sino también desde una mirada artística e inclusiva”.

Foto de Rodrigo Manns

Más información sobre Ley de Ríos Salvajes en el siguiente enlace: https://www.patagonia.com/…/por-una…/story-114756.html

Foto Portada: Eduardo Minte Hess

ORIGINAL PUBLICADO EN: https://www.elciudadano.com/chile/rios-libres-para-chile-el-arte-y-el-activismo-se-unen-en-defensa-de-los-rios/01/26/

Sistematización: COPUDEVER, 13 años defendiendo el río, el agua y el territorio

El presente documento se ha elaborado a partir de la sistematización de 13 años de experiencia organizativa del Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (COPUDEVER).  La sistematización de la experiencia fue un acuerdo entre el movimiento y EDUCA organización que ha acompañado el proceso. Este proceso de defensa del río Verde cumplió 13 años de resistencia el 9 de junio de 2020.

En la actualidad, el COPUDEVER es una organización regional de pueblos, municipios, ejidos, comunidades, donde participan autoridades tradicionales, autoridades agrarias y municipales, comités comunitarios, ciudadanos, ciudadanas, ejidatarios, ejidatarias, comuneras y comuneros, también jóvenes y mujeres. La organización ha tenido la encomienda de proteger y salvaguardar los territorios, bienes naturales y culturales de los pueblos chatinos, mixtecos, afro oaxaqueños y mestizos de la Costa y Sierra Sur del estado de Oaxaca frente a proyectos hidroeléctricos, además de otros proyectos extractivos.

El COPUDEVER ha promovido la paz, el respeto a todas las formas de vida, la ayuda mutua, la comunidad, la noviolencia y la solidaridad entre personas y pueblos. La sistematización, se realizó en el marco del proceso de acompañamiento denominado “¡A construir aprendizajes desde nuestras resistencias y luchas! Procesos de sistematización para aprender de nuestras experiencias políticas”. Este proceso ha sido convocado y acompañado por la Red Mesoamericana de Educación Popular (Red Alforja) en el segundo semestre de 2020.

En definitiva, el presente documento permitirá a EDUCA seguir acompañando al COPUDEVER, con propuestas y estrategias construidas colectivamente, propuestas que contribuyan a fortalecer al sujeto regional, con liderazgos colectivos y con capacidad de decisión.

Descargar publicación Sistematización: COPUDEVER,  13 años defendiendo el río, el agua y el territorio y descargar también COPUDEVER. Recuperando la memoria histórica. La lucha de los pueblos en defensa del Río Verde y de la vida Contexto Presentación del libro Copudever – Recuperando la memoria histórica

«Un encuentro para defender los Ríos y Territorios» por Rosario Romero de Forum (en Revista Signos de IBC)

«Un encuentro para defender los Ríos y Territorios» por Rosario Romero de Forum (en Revista Signos de IBC)

7 de diciembre de 2021

Peña Cultural “El Río de los Pueblos”

Les invitamos a la Peña Cultural “El Río de los Pueblos”, este próximo viernes 1ero de octubre de 10:00am a 2:30pm en la Plaza de la Democracia, en San José, Costa Rica.  

Esta actividad se realiza en el marco de la Movida Global de los Ríos y los Pueblos, un esfuerzo global por visibilizar los impactos negativos de las represas hidroeléctricas en los ríos y las comunidades cercanas a este tipo de proyectos.

Esto a propósito del pasado Congreso Mundial de Energía Hidroeléctrica que se realizó con sede en Costa Rica y de la “Declaración de San José”, documento generado en ese congreso que minimiza la realidad de los proyectos hidroeléctricos, los cuales promueven el acaparamiento de territorios y del agua por parte de empresas privadas, afectan profundamente los ecosistemas ríos, generan gases de efecto de invernadero que contribuyen con el cambio climático, favorecen la privatización y el despojo de los bienes comunes de las comunidades y han sido la causa de criminalización, persecución y asesinato de defensores de los ríos en el mundo.  

Les esperamos!

LAS MUJERES QUE NOMBRAN LO QUE AHOGÓ HIDROITUANGO

Septiembre 18, 2021

Juan Manuel Flórez Arias

Las mujeres del río Cauca han liderado el rechazo a Hidroituango, el mayor proyecto hidroeléctrico de Colombia. Hace 3 años un derrumbe en un túnel casi colapsa la presa y obligó a desalojar a 100.000 personas río abajo. Algunas de las líderes que vivían en la ribera río arriba quedaron atrapadas y tuvieron que huir para no ahogarse por el llenado del embalse. Hoy siguen oponiéndose a la represa, en el país más peligroso para ser líder ambiental, y son testigos de un río que ya no existe como lo conocieron. Foto: Santiago Rodríguez

Angélica Mazo se cuelga de la baranda de la represa y mira el río que cae por el vertedero: el agua es arrojada a una caída de 225 metros y al chocar con el fondo levanta un estallido de vapor que deja sin hojas la montaña del frente, como si ardiera todo el tiempo. “¡Este sí es mi río!”, me dice.

Detrás nuestro, del otro lado de la presa, el Cauca es un embalse silencioso, verde e inmóvil que no se parece al río en el que ella aprendió a pescar y a recoger oro con una batea desde los 9 años. De este lado, en cambio, el movimiento le devuelve al agua su sonido y su color marrón, aunque algo más claro.

Aferrada a la baranda, Angélica repite el mismo gesto que hacía cuando era niña, cuando se sostenía del borde del puente Pescadero, ocho kilómetros al norte de allí, ahora sumergido por el embalse. “Me quedaba horas ahí, mirando la corriente del río y me preguntaba: de dónde viene, para dónde va, por qué no se acaba”.

Repite el gesto, pero todo lo demás ha cambiado. Ella no es una niña, tiene 59 años; este no es el puente sino la cima de una represa; y el río, dice, ya no es el río, es el motor de la que sería la mayor central de energía de Colombia.

El proyecto hidroeléctrico Ituango, al occidente del país, en el departamento de Antioquia, debía entrar en operación hace tres años, en 2018, y generar el 17 por ciento de la demanda de energía nacional. Pero ese año un derrumbe en el túnel con el que desviaban el Cauca hizo que el embalse comenzara a llenarse antes de que terminaran la presa.

El agua contenida amenazó con desbordar el muro hasta donde estaba construido y romperlo. El riesgo de la avalancha, que habría arrasado a todos los municipios 256 kilómetros río abajo, obligó a la mayor evacuación de la historia de Colombia: 113.000 personas, cinco municipios vaciados de gente.

Se tomaron decisiones desesperadas para evitar el desastre. El agua fue desviada por la casa de máquinas —el sitio donde se genera la energía—, lo que causó pérdidas por 110 millones de dólares. El muro se terminó de urgencia en solo un mes para contener el agua que seguía subiendo. La peor parte de la crisis estuvo controlada en 2018, cuando el agua comenzó a salir por el vertedero, un canal a la derecha del muro. El río se seguirá evacuando por allí hasta que la obra esté lista y comience a generar energía en 2022. 

Hidroituango. Foto: EPM

Sostenida de la baranda, Angélica mira esa cascada artificial. Pasó los últimos 10 años de su vida intentando evitar que se construyera la represa. Se queda un rato en silencio hasta que cambia de opinión: este no se parece a su río. “Antes no sonaba así, el ruido del agua se mezclaba con los golpes que daba contra las rocas y la arena”, dice.

Lo que extraña del Cauca no es solo su sonido, interrumpido por la quietud del embalse, sino su complejidad. La corriente que se quedaba mirando de niña, mientras se hacía las preguntas que uno se hace ante lo amado: de dónde viene, para dónde va, por qué no se acaba.

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La hidroeléctrica de Ituango fue bautizada con el nombre del primer ingeniero que imaginó la represa, José Tejada Saénz. En 1969, en el documento en el que planteó el proyecto, escribió sobre el cañón del río Cauca: “Ese lugar lo puso Dios ahí para que hubiera una hidroeléctrica”.

Durante cuatro décadas la obra fue poco más que eso, una curiosidad guardada en el cajón de algunos ingenieros que refinaron las anotaciones de Saénz. Ni los recursos ni las capacidades técnicas hacían pensar que pudiera realmente hacerse la represa. Hasta que, en 2007, el gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos trazó un plan de financiación, puso la hidroeléctrica en su plan de gobierno y en 2010 encargó la obra a Empresas Públicas de Medellín (EPM).

“Lo que nos movió fue cumplir un sueño de Antioquia. Retomamos la tesis de un gran gerente de empresas públicas, Diego Cayo Restrepo, que dijo: ‘Antioquia, con tantas limitaciones que nos puso la naturaleza, a lo que se puede dedicar es a vender aguaceros’”, dijo Ramos en 2019, en una entrevista radial.

La historia de este departamento, el segundo más poblado de Colombia después de la capital, Bogotá, podría resumirse como la de una región que ha tratado de domar el mundo. Fue el primer sitio, en un país cruzado por tres cordilleras derivadas de los Andes, en el que se rompió la montaña para crear un túnel, La Quiebra, en 1929.

Hidroituango fue imaginado como un paso más en esa búsqueda por doblegar el paisaje. “No se vuelve a dar en el mundo un cañón de 70 kilómetros de extensión, tan cerrado, de pura roca, y tan inhabitado”, me dice el gobernador Ramos por teléfono.

Desde las alturas, el cañón del Cauca le podría parecer inhabitado. Pero basta con acercarse al río para distinguir a las personas que viven allí.

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Estela Posada —51 años, pescadora, barequera— sostiene frente a su pecho una batea, una vasija de madera, redonda y ancha que usaba para encontrar oro en el Cauca. En el centro está escrito su nombre y alrededor las fechas y los lugares de las cinco veces que fue desalojada del río mientras se construía la represa, entre 2011 y 2018.

Con cada desalojo hacía lo mismo: dejaba una marca en la batea y volvía a armar su casa un poco más arriba en el río. Pasó siete años desplazándose en contra de la corriente. “Me fueron arriando por la montaña hasta que al final me sacó el agua”, dice.

Estela Posada, líder de Ríos Vivos en Toledo. Foto: Juan Manuel Flórez

Estamos en la sede de Ríos Vivos, la organización a la que pertenece y que ha liderado la oposición a Hidroituango. La casa queda en el municipio de Toledo y eligieron construirla en una montaña con vista a la represa.

Con la batea en las manos, Estela repasa en voz alta las fechas de los desalojos. “Junio de 2011, Playa Capitán. Diciembre de 2011, Playa Nicura. Marzo de 2015, La Arenera. Febrero de 2017, Los Mangos. Mayo de 2018, Playa Guayacán”. Las fechas rodean su nombre como las horas de un reloj. Marcan los tiempos del avance de la obra, pero también los de su resistencia.

Las mujeres han sido quienes han liderado el rechazo a la represa. El barequeo, el oficio de encontrar oro en el río, era ejercido sobre todo por ellas. El río era un espacio común a cuya orilla vivían, sembraban, daban a luz y enterraban los cuerpos que bajaban flotando.

Por eso, dice Estela, intentaron evitar que lo inundaran. Ella fue quien lideró, en 2013, una caravana de 350 personas desde el puente Pescadero hasta la capital, Medellín, a 166 kilómetros de allí. Comenzó como una protesta por la captura de 12 miembros de Ríos Vivos en otra manifestación. Caminaron ocho horas hasta el municipio de San Andrés de Cuerquia, donde pasaron la noche.

“No pude dormir nada. Solamente podía pensar en qué me había metido, cómo iba a responder por toda esa gente”, recuerda Estela. Seguía sin encontrar una respuesta en la mañana cuando, en la montaña de enfrente, vio bajar por la carretera varios buses de EPM que volvían de la obra. Organizó a una veintena de sus compañeros para cortarles el paso. Se tomaron ocho buses y cambiaron el rumbo: los detenidos habían sido liberados, pero decidieron seguir la caravana hasta Medellín, la capital.

El 19 de marzo de 2013, 350 campesinos y barequeros afectados por la hidroeléctrica entraron a la ciudad en buses de la empresa encargada de construirla. Lo hicieron sonando las bocinas. “Encargamos a un compañero en cada bus para que tocaran el pito. Cuando llegamos, nos bajamos, y les dijimos a los conductores: muchas gracias y hasta luego. Algunos estaban furiosos”, dice Estela riendo.

Se quedaron siete meses en el coliseo de la Universidad de Antioquia, reclamando negociar con el entonces gobernador, Sergio Fajardo. En el grupo también estaba Angélica, que dejó su casa en Briceño para vivir durante más de medio año en una carpa improvisada.

Pero en octubre, cansados y sin un acuerdo claro, regresaron a sus municipios. Un par de meses después, el 17 de febrero, la obra se volvió irreversible. EPM desvió el río Cauca por dos túneles excavados en la montaña, para secar el sector en el que iba a construir un muro de más de 200 metros para represar la corriente.

“Durante años se ha planeado este momento, pero nunca creímos que con la ingeniería esto pudiera ser una realidad. El Cauca parecía indomable”, dijo uno de los reporteros que dio la noticia.

Estela estaba en el Valle de Toledo, un corregimiento cerca de allí, y vio por televisión a un sacerdote que bendijo la obra antes de la detonación que sacó el río de su cauce. “No volví a creer en los curas. Ese día perdí la fe”. 

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Acened Higuita, líder de Comunidades Setaa en Briceño. Foto: Santiago Rodríguez

Cuando Bernardo Torres se sumergía en el río, antes del llenado de la presa, sentía una fuerza que intentaba arrastrarlo. “Era como si el agua quisiera llevarlo a uno a otra parte, hacia abajo”, dice.

Su esposa, Acened Higuita —barequera y presidenta de la acción comunal de la vereda Nueva LLanada en Peque, 24 kilómetros río arriba de la represa— dice que esa fuerza fue la que causó la crisis en 2018. “Si usted represa un río tiene que atenerse a las consecuencias. Es como hacer una casa al lado de la quebrada. Uno invade su territorio, y en algún punto ella va a querer reclamarlo”, dice ella.

Toda agua que corre corre hacia el mar. El Cauca baja 1.350 kilómetros desde su nacimiento en el macizo colombiano para unirse con el río Magdalena, el más grande del país, y desembocar juntos 299 kilómetros más abajo en el mar Caribe.

El muro de Hidroituango es la mayor interrupción a ese recorrido. La presión que casi lo rompe en 2018 fue, en parte, el curso del agua intentando cumplirse.

***

La primera señal que el río le dio a Estela del peligro fue su silencio. Le gustaba armar su casa cerca de la orilla para dormir arrullada por el sonido del agua. La madrugada del 8 de mayo de 2018 despertó en playa Guayacán, donde llevaba un año viviendo con su hijo de la pesca y el oro, y notó que no escuchaba la corriente.

Cuando se bajó de la cama el agua le llegaba a la rodilla. Sacó lo que pudo, con ayuda de su hijo, y subieron por la barranca. Allí notaron que no era una crecida normal; el agua no descendía.

Varios kilómetros más abajo, en la represa, el túnel de desviación del Cauca estaba colapsado por un derrumbe interno de la montaña. El agua que bajaba desde el macizo —2.500 metros cúbicos, el volumen de una piscina olímpica, cada segundo— comenzó a llenar el río Cauca con Estela y los otros barequeros dentro de él.

Solo con la vista, ella y su hijo no podían saber que el agua estaba subiendo. “Comenzamos a poner palitos en la orilla, como testigos. A los 10 minutos el agua los hacía flotar”, dice.

Incluso un movimiento tan violento como el llenado del cañón que contiene el Cauca no era visible ante la inmensidad de la montaña. Solo podía comprobarse dejando una señal que marcara el paso del tiempo.

Los barequeros como Estela saben de señales. Su trabajo consiste en leer las marcas de las orillas para encontrar el oro que está debajo. Barequear es, sobre todo, ser consciente del fondo del río. Y eso es justo lo que se pierde con las represas: el fondo, sepultado por el agua que llena el embalse, o atrapado en el muro de la presa, que retiene los sedimentos y deja que el río siga corriendo sin lo que llevaba adentro.

“Los sedimentos cargan los nutrientes, los alimentos para la vida que depende del río. Cargan la misma vida del río. Si uno se los quita, la dinámica se descompone”, dice Jorge Alberto Escobar, experto en mecánica de fluidos y encargado del estudio de la Universidad Javeriana sobre el impacto de la represa en el agua del Cauca.

Embalse de Hidroituango. Foto: Santiago Rodríguez

Junto a los sedimentos, en la represa también quedaron sumergidos los sitios a los que los barequeros les habían puesto nombre: la piedra de la ahogada, el puente Pescadero, el Asomadero. “Allá bautizábamos todo. Los caminos, las piedras, las curvas del río”, dice Estela.

Lo que ahogó el Cauca fue, también, el alfabeto que habían creado para nombrarlo.

Estela y su hijo huyeron del río por cinco días hasta que los arrinconó contra la montaña. Allí fueron rescatados por lanchas de EPM, pero antes de subirse guardaron en las montañas las cosas que habían rescatado para volver por ellas cuando bajara el agua. Pocas horas después el agua también las sumergió, junto con todos los nombres.

***

Hace 30 años, cuando Acened Higuita tenía 15, su vereda se desprendió de la montaña una madrugada. Ella y sus vecinos huyeron del derrumbe, pero la vereda Llanada, en Peque, quedó deshabitada.

Acened dice que no fue un desastre natural. “Fue culpa de la erosión, porque cortamos muchos árboles. Llegó el día en el que la montaña se cansó y dijo: si ustedes no me cuidan, yo tampoco los voy a cuidar”. Reconstruyeron la vereda del otro lado de la montaña y la nombraron Nueva Llanada, “para que no desapareciera del todo”. Estamos allí, río arriba de la represa, en la casa de Acened, en el punto más alto antes de comenzar el descenso al río.

A esa altura, el paisaje se observa como visto desde un mapa. Basta con señalar con el dedo para nombrar los municipios que tiene alrededor: Sabanalarga, Toledo, Briceño e Ituango.

Desde allí, en mayo de 2018, Acened vio como el Cauca se convertía en una represa. El cauce, que apenas se adivinaba por las curvas del cañón, comenzó a subir. Luego se quedó quieto, dejó de correr, y fue cambiando de color marrón a verde.

Bernardo, su esposo, con quien pasaba temporadas viviendo en la ribera, dice que las pocas veces en las que ha vuelto al río no ha reconocido a los peces. “Antes uno pescaba bocachico, dorada, bagre, barbudo. Ahora hay unos que uno no sabe ni cómo se llaman”.

“La vida que hay en el agua depende de cómo se mueve ese agua”, dice Jorge Escobar. En un embalse, con el cauce detenido, habitan peces distintos a los de un río común.

El monitoreo de fauna que hace la Universidad de Antioquia, en convenio con EPM, ha identificado 42 especies en el embalse y 108 abajo de la presa. De estas solo algunas coinciden arriba y abajo del muro. Otras, como el bocachico y las doradas, que subían desde la desembocadura del Magdalena, nadando contra la corriente del Cauca, están quedando detenidas en la represa.

A diferencia de Bernardo, Acened no volvió al río desde que se inundó. “Los primeros días mucha gente iba por curiosidad. Yo no. Me daría nostalgia no encontrar ninguno de los sitios en los que vivíamos”.

En sus temporadas en el Cauca estaban acostumbrados a desarmar sus ranchos de madera y plástico, y reconstruirlos en otra orilla donde hubiera oro: “Los barequeros cargamos con la casa al hombro”, dice. Parece desprendimiento, pero es lo contrario: es llevar, siempre, el hogar a cuestas.

Acened le enseñó a barequear a todas sus hijas menos a una: Mariángel, de 3 años, una nieta que ha criado en su casa y que nació cuando el Cauca ya era una represa.

“No conoció vivo al río”, dice. Luego imagina qué pasará cuando se acabe la vida útil de Hidroituango, en unos 50 años. “Entonces yo no voy a estar, pero va a estar ella”. Se queda mirándola un momento y agrega: “Le va a tocar vivir cosas que ni siquiera eligió”.

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Angélica Mazo, líder de Comunidades Setaa en Briceño. Foto: Santiago Rodríguez

La última vez que Angélica Mazo bajó al río, antes de la inundación, no sacó ni un gramo de oro. Se dedicó a recoger de la orilla semillas, piedras y caracoles, “esas casitas abandonadas al lado del agua”.

Luego las subió por la montaña hasta su casa en la vereda El Orejón, en Briceño. Durante el camino, sintió el peso y dudó. “¿Yo por qué estoy cargando todo esto?”. Pero se convenció de llevarlo hasta la cima.

En su casa armó un altar con los objetos que rescató del río. Los ordenó en una estantería en el salón principal. En el centro puso dos semillas en forma de corazón.

“Las encontré entre los caracoles. Nunca las he sembrado. ¿Qué tal que las entierre, crezcan y me quede sin mi corazón?”.

Bajo el embalse quedaron semillas, flores, frutos, árboles —1.839 hectáreas de bosque seco tropical—; puertas, techos, muros, veredas enteras, animales —los caracoles que como los barequeros llevaban su casa al hombro—; el puente Pescadero, la piedra de la Ahogada, el Asomadero, cada rincón nombrado, y el polvo de oro en el fondo del río.

Salvo los objetos de la estantería de Estela, no hay muchas señales de todo aquello que está sumergido. En ese sentido, el embalse se parece al pasado: ese inventario al que no tenemos acceso, del que no siempre hay evidencia, pero que sabemos que está ahí, abajo.

***

Después de despedirme de Acened, bajo al Cauca en un viaje de tres horas en mula desde su casa. Adelante va Junior, que vive cerca y hace de guía. Mientras más descendemos, menos clara es la trocha, que comienza a confundirse con la maleza. Han pasado solo tres años desde la inundación, pero el camino al río ya es casi un camino abandonado.

Junior tiene que volver a abrirlo con un machete. A la derecha, a la otra orilla del embalse, pueden verse los trozos de montaña que están cediendo por la erosión. El agua represada, que oculta lo que hay en el fondo, a la vez expone la tierra, la debilita por debajo y hace que se desprenda.

Abajo, en la ribera, el agua está estática, no emite ningún sonido. Después del llenado, el Cauca se volvió en esa zona como un lago navegable, por el que los pescadores transportan informalmente civiles y, a veces, a grupos armados que los obligan a llevarlos: disidencias de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Común (Farc) que retomaron las armas, y miembros el Clan del Golfo, un grupo residual de los paramilitares, que se disputan la zona.

Bajamos durante otros diez minutos hasta la orilla. Allí, ocultos tras la maleza, hay dos carteles de EPM. El primero, en voz de la empresa, dice: “Propiedad privada: aguas no aptas para actividades acuáticas y pesca”. El segundo, en voz del río, dice: “Cuidado. Soy el río Cauca y mis aguas podrían afectar tu salud”.

“Este reportaje es parte del proyecto ‘Defensoras del territorio’ de Climate Tracker y FES Transformación”.

https://www.lasillavacia.com/historias/silla-nacional/las-mujeres-que-nombran-lo-que-ahogo-hidroituango/

Defender los ríos “no es una disputa técnica, es una disputa ética y política”

Entrevistas 22 de septiembre | 2021

Defender los ríos “no es una disputa técnica, es una disputa ética y política”

Movida global por los ríos y pueblos denuncia el falso discurso de las hidroeléctricas como energía limpia y llama a una transición energética justa

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Del 7 al 24 de setiembre se realiza el Congreso Mundial de Energía Hidroeléctrica en Costa Rica, organizado por la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica y apoyado por el gobierno del país. Como respuesta a esta actividad organizaciones ecologistas costarricenses, del resto de América Latina y del mundo iniciaron la campaña Movida global por los ríos y los pueblos, un espacio alternativo de discusión y movilización en defensa de los ríos y los pueblos del planeta.

Radio Mundo Real entrevistó a Osvaldo Durán Castro de la Red latinoamericana contra represas y por los ríos, sus comunidades y el agua (REDLAR) para conocer sobre esta movida que denuncia las falsedades en las narrativas corporativas respecto a la energía hidroeléctrica “limpia, verde y sostenible”. Además, llaman a una urgente transición energética justa y respetuosa, que tenga como prioridad el respeto de los derechos de los pueblos y los ríos.

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Chile: Masiva marcha en defensa del río Truful Truful

Radio Kvrruf

21 junio 2021 imagen.png

Cientos de personas y comunidades mapuche acudieron a la convocatoria de manifestación luego que trascendiera la resolución del comité de ministros que le entregó luz verde al proyecto Central de paso El Rincón.

Desde Melipeuco Ríos Libres señalaron «Con un gran participación de la ciudadanía, se llevó a cabo una gran marcha el pasado viernes 18 de Junio, en rechazo a la Central de Paso El Rincón, en defensa del Río Truful Truful, como organización, agradecemos la asistencia y el apoyo a esta gran causa que hemos luchado muchos años, para el resguardo de nuestros recursos naturales y los espacios sagrados de nuestro pueblo Mapuche.»

Este proyecto data desde el año 2012 y tras varios años de resistencia en el 2018 el proyecto se votó en la comisión de evaluación ambiental, donde fue rechazado por unanimidad.

Compartimos la realización audiovisual de Samuel Linker Saravia:

Publicado originalmente en Radio Kurruf   Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.  

https://desinformemonos.org/chile-masiva-marcha-en-defensa-del-rio-truful-truful/

Video: COPUDEVER – 13 años resguardando al río Verde

Compartimos este vídeo publicado en Educa Oaxaca sobre el aniversario 13 del Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde – A 29 de julio de 2020

El 11 de julio de 2007 se constituye el Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (COPUDEVER) ante la amenaza de represar el río Verde, uno de los ríos vivos más caudalosos del estado de Oaxaca. El COPUDEVER es una organización regional de pueblos, municipios, ejidos, comunidades y organizaciones de la sierra sur y costa oaxaqueña, donde participan autoridades tradicionales, autoridades agrarias y municipales, comités comunitarios, ciudadanos, ciudadanas, ejidatarios, ejidatarias, comuneras y comuneros, también jóvenes y mujeres. La organización tiene la encomienda de proteger y salvaguardar los territorios, bienes naturales y culturales de los pueblos chatinos, mixtecos, afro oaxaqueños y mestizos de la región de la costa y sierra sur del estado de Oaxaca frente a los Proyecto Hidroeléctricos “Paso de la Reina” y “Río Verde”, además de otros proyectos extractivos. El COPUDEVER promueve la paz, el respeto a todas las formas de vida, la ayuda mutua, la comunidad, la noviolencia y la solidaridad entre personas y pueblos.

CELEBRACIÓN BINACIONAL EN DEFENSA DE LOS RÍOS LIBRES

14 marzo del 2020

El 14 de marzo se realizará la 4 Celebración Ecuménica Binacional en Defensa de los Ríos Libres entre Brasil y Argentina. Será en Colonia Aurora, municipio de la provincia de misiones, organizado por el Movimiento de Afectados por Represas en Latinoamérica (MAR).

El 14 de marzo es el Día Mundial contra las Represas. “Para quienes viven cerca del río Uruguay, en la región noroeste de Rio Grande do Sul, Brasil, y en Misiones, Argentina, es el momento de reafirmar la unión en la defensa del río y de las personas que dependen de ese curso de agua, teniendo en cuenta la amenaza de construcción de la represa  Garabí/Panambí, que afectará 19 municipios brasileros y 16 argentinos”, manifiestan desde la organización del evento.

Aquí el comunicado de MAR:

14 de marzo: día de acción internacional por la defensa de los ríos, el agua y la vida

Alrededor del planeta las comunidades campesinas, pescadoras artesanales, barequeras, arrieras y, comunidad en general, se han establecido en las cuencas de los ríos recreando su cultura, creencias y cosmovisiones. Los ríos son sinónimo de producción de alimentos, de pesca, de recreación y sanación de los pueblos, de integración familiar, de biodiversidad, de creación de lugares sagrados para la vida como los manglares.

Sin embargo, está relación cultural y sustentable con los ríos se ha ido transformando en los últimos siglos. Los ríos empezaron a verse como caños de vertimientos de desechos contaminando toda la cuenca hasta los mares y la integración social en torno a los ríos ha ido desapareciendo por causa de la contaminación y la apropiación de empresas privadas, especialmente aquellas que obstaculizan los ríos con grandes represas o que desvían sus caudales como bien sucediendo con mayor fuerza en Latinoamérica, África y este de Europa.

En el último período bajo el eufemismo de que las represas producen energía limpia, se están construyendo millones de pequeñas centrales hidroeléctricas en el mundo en complemento a los grandes proyectos; esto ha ocasionado que ríos y quebradas desaparezcan, que los cauces lleguen secos al mar, poniendo en riesgo la producción de alimentos y el abastecimiento de agua para consumo humano al tiempo que se agudizan los efectos del calentamiento global ya que las grandes represas son contribuyentes considerables de gas metano a la atmósfera.

En América Latina esta situación se complementa con los golpes de Estado que son funcionales al modelo expropiador de los bienes naturales de la región; detrás de ellos se avizora una estrategia por apropiarse y explotar al máximo los minerales lo cual requiere vastas cantidades de energía. La hidroelectricidad resulta ser la mejor alternativa para hacer más rentable el negocio de la extracción.

En este contexto, las movilizaciones populares en el continente americano marcan la ruta de construcción, recuperación y/o defensa de la soberanía de los pueblos por medio de la cual será posible garantizar el abastecimiento de agua potable, la producción de alimentos y revertir la dinámica de producir energía como negocio, donde se estimula que gran parte de la energía se despilfarre.

De este modo, desde el Movimiento de Afectados por represas de América Latina convoca este 14 de marzo a movilizarse por la defensa de los ríos el agua y la vida, en el marco del XXIV día de acción internacional contra represas.

Con estas acciones por la búsqueda de la soberanía de los pueblos y la defensa de los bienes comunes nos sumamos a la agenda de movilización de la Jornada Continental por la democracia y contra el neoliberalismo

¡AGUAS PARA LA VIDA, NO PARA LA MUERTE!

#SeguimosEnLucha