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Alarma en Cogua por mega cantera de gavilla sobre el Río Neusa

En manos de la CAR está impedir que avance el proyecto de explotación a cielo abierto que tendría graves consecuencias ambientales. El experto Pablo Leyva explica

Por: Las2orillas


agosto 02, 2021

Alarma en Cogua por mega cantera de gavilla sobre el Río Neusa

Actualmente la CAR Cundinamarca estudia la posibilidad de otorgar una licencia ambiental para la extracción de gravilla y arcilla, abriendo enormes cráteres a ambos lados del río Neusa, lo que afectaría el socio-geo-ecosistema territorial y el caudal y calidad de este río que abastece de agua a Bogotá y varios municipios de la Sabana.
Sobre el tema Pablo Leyva responde a las preguntas de Juan Pablo Motta, cineasta y vecino de Cogua, municipio directamente impactado por el proyecto minero.

Juan Pablo Motta: ¿Dónde queda el río Neusa? ¿De cuál cuenca hidrográfica hace parte?PUBLICIDAD

Pablo Leyva: El río Neusa es la corriente principal que recoge las aguas de la cuenca que lleva su nombre. Esta tiene aproximadamente 44.735 hectáreas; comprende principalmente parte de los municipios de Tausa, Cogua, Nemocón, Zipaquirá, Suesca y Cucunubá. Hace parte importante de la cuenca del río Bogotá.

JPM.: Cuál es la importancia del Río Neusa con relación al río Bogotá? ¿Cuál es la importancia de ese abastecimiento de agua para la zona norte de Bogotá y la Sabana?

PL.: Los embalses del Neusa, Sisga y Tominé conforman el “Agregado Norte” que alimenta al sistema Tibitoc, este contribuye con un 30 % al suministro de agua para la población de Bogotá en sectores del norte y occidente, al igual que el agua para los municipios de Gachancipá, Sopó, Tocancipá, Chía, Cajicá, Funza, Mosquera, Madrid y Soacha, según información disponible. Estimo que hoy este sistema puede aportar el agua para el consumo de unos tres millones de habitantes. El río Neusa además suministra agua para consumo humano, uso agropecuario, industrial y minero para los municipios de su cuenca.

Desafortunadamente la cuenca del Neusa y su sistema hídrico están descuidados por las entidades nacionales, distritales y regionales. El Minambiente no tiene una política y sobre todo no tiene programas, acciones concretas visibles y de seguimiento ambiental para la región; la CAR, el organismo regional del Sistema Nacional Ambiental SINA está muy ausente. Bogotá y sus entidades no tienen entre sus objetivos estratégicos y prioridades el cuidado integral de la cuenca del río Bogotá, ni la del Neusa; tampoco lo hacen con decisión sus empresas de acueducto, energía y servicios de manejo de residuos a pesar de su evidente interconexión y dependencia. La Gobernación de Cundinamarca está muy desconectada del proceso; en ocasiones tiene iniciativas, aproximaciones y acciones de articulación con la Nación o el Distrito, casi siempre para proyectos que implican la intervención no el cuidado del territorio.

Las autoridades municipales de la cuenca del río Bogotá, desbordadas por los impactos, efectos y repercusiones locales del crecimiento de la capital y la infraestructura regional, como es el caso de Cogua, tratan de sobrevivir con sus planes de desarrollo y de ordenamiento territorial, POT, que manejan sus pequeñas instituciones con escasos recursos.

JPM.: ¿Por qué un río y el ecosistema se afectan cuando se plantea hacerle una cantera encima? Sería una cantera de 178 hectáreas con un río en la mitad ¿Cómo se afectaría? ¿Qué pasaría?

PL.:  En las circunstancias descritas, en lugar de velar por el cumplimiento de las prioridades de su propio Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca, POMCA el río Bogotá y las recomendaciones de los estudios de base para el mismo, sobre la necesidad de limitar la minería en la cuenca, una de las actividades de la CAR ha sido la canalización de las corrientes de agua de la cuenca del río Bogotá, justamente en lugares en los que se planean intervenciones importantes como urbanizaciones o proyectos mineros, esto las facilita. La canalización está en contravía del manejo que se da actualmente a los ríos en países desarrollados.

Para el caso del título minero EIJ-151 que se pretende adelantar en el plano aluvial del Neusa, la canalización del río se adelantó justo antes de la noticia de la activación de la licencia ambiental para poner en marcha el título minero para la explotación de gravilla, arcilla y otros materiales. Esta explotación se haría en ambos lados del río, con lo que este quedaría desnaturalizado, drenado, convertido en un canal, rodeado de cráteres profundos y contaminados, lo mismo que sus afluentes en el área de la mina.

El trámite de este proyecto tiene curso en la CAR con fundamento en una Resolución del 2016 de Minambiente que considera esta zona compatible con explotaciones mineras. La decisión del Minambiente y el trámite en la CAR contradicen de manera evidente lo más elemental de un manejo ambiental sostenible. Ambas instituciones a mi juicio están desconociendo los principios que están obligadas a cumplir, entre otros los establecidos en la Ley 99 de 1993 y en especial su artículo 61.

JPM.: ¿Qué significa para los Bogotanos y para los municipios de la sabana que afecten un río que abastece al río Bogotá?

PL.: Darle curso a un proyecto minero de la magnitud anunciada a ambos lados del cauce del río Neusa es un atentado ambiental mayor, con serias repercusiones sobre el caudal y calidad de sus aguas y causaría un grave impacto al sistema local, regional y distrital de acueductos, usos industriales y del riego que se surte de ellas. A más de afectar seriamente la estructura ecológica principal de la cuenca y transformar en un cráter una región con vocación agropecuaria, conservación, esparcimiento y turismo ecológico para Bogotá y la región metropolitana.

JPM.: ¿por qué las entidades del estado que deben cuidar el medio ambiente permiten abrir estas puertas para que estemos discutiendo si es bueno o malo un proyecto donde se advierten daños irreversibles? Por qué estar en pleno 2021 defendiendo la vida de un río, si estamos en un punto de no retorno a nivel ambiental, no hemos aprendido nada de la pandemia?.

PL.: Lo primero que se necesita es que el Minambiente sea consecuente con su misión y revoque la Resolución que autoriza las zonas de la Sabana compatibles con explotaciones mineras, tome en serio las limitantes ambientales, económicas y sociales para la minería en la Sabana de Bogotá y actúe junto con la CAR y la Secretaría Distrital de Ambiente en concordancia con los principios de la Ley 99 de 1993, los mandatos constitucionales, legales y los pronunciamientos de las diferentes instancias judiciales sobre el manejo del río Bogotá y su cuenca. Las demás instituciones, distritales y regionales deben proceder de conformidad con sus obligaciones constitucionales y proteger el territorio para mantener la sostenibilidad del mismo a largo plazo.

La pandemia nos han hecho más conscientes de respetar y cuidar la naturaleza, como la casa común. Defenderla de la ambición desmedida que desgarra sus entrañas, destruye sin compasión sus montañas y sus ríos y conduce tristemente a su destrucción. La pandemia nos ha llevado a la reflexión y el cambio está en camino.

JPM.: ¿Qué les sugiere usted a la comunidad y los municipios para poder elaborar políticas que defiendan su territorio de los desmedidos intereses económicos de las empresas mineras?

PL.: Para garantizar la participación y evitar conflictos es fundamental que las instituciones informen a la comunidad oportunamente y de forma completa y transparente sobre las políticas, proyectos y actividades que se pretendan adelantar sobre el territorio. Un examen de la legislación, documentación e información disponible para la toma de decisiones sobre los POT, POMCAS, proyectos de infraestructuras y títulos mineros en la Sabana evidencian un gran desorden, dispersión, limitada transparencia y falta de oportunidad en la información para los afectados.

La socialización de las decisiones es muy limitada, elemental, en muchos casos se manipula y se hace con desprecio por las comunidades, no está acompañada de procesos educativos y didáctica en la transferencia de los conocimientos a las instituciones locales y comunidades. Se necesita transparencia, claridad y oportunidad en la información de parte de las instituciones del orden nacional y regional para facilitar la participación efectiva de las comunidades en las decisiones que las afectan e impactan el territorio.

Los planes de desarrollo y POT municipales deben contemplar las actividades que puedan trasformar el territorio, especialmente la infraestructura vial y la minería. Pero esto no es posible si los municipios continúan impactados por decisiones nacionales o distritales que imponen directamente o indirectamente trasformaciones territoriales de las que tienen que defenderse, como es el caso del título minero para la extracción de gravilla y arcilla en el río Neusa, municipio de Cogua, que destruiría los suelos, la biodiversidad y afectaría gravemente la hidrología, la economía regional y el empleo, entre otros impactos.

Impactos negativos de las hidroeléctricas en los territorios y su costo socioambiental

Por La Voz de la Región – Jul 30, 2021

Colombia cuenta con gran riqueza en diversos bienes naturales como el agua. El desarrollo económico y social del país se ha centrado alrededor de las cuencas hídricas, y en el último siglo, estas cuencas han sido fuentes de generación de energía.

Con el objetivo de generar energía a partir de la corriente que se genera en grandes cuerpos de agua como los ríos, diversas empresas multinacionales intervienen territorios para la construcción de centrales hidroeléctricas, modificando de esta forma los espacios de las comunidades y, por consiguiente, afectando su vida y tradiciones.

Existen represas que tienen un aprovechamiento multipropósito, es decir, en las que se hace uso del agua para consumo, distritos de riego, pesca e incluso turismo y, existen otras unipropósito, que se utiliza sólo para la generación de energía.

Aunque se habla de algunos beneficios generados por la conversión de la energía potencial del agua almacenada en los embalses en energía eléctrica, las consecuencias negativas resultado de la imposición de hidroeléctricas, son aún mayores y afectan directamente la ‘Casa común’.

El río Magdalena al ser un río con alto caudal y diferentes alturas de profundidad por ubicarse en zonas altas y cañones, presenta condiciones para el desarrollo de represa, esto no quiere decir que sea lo mejor para las comunidades de las regiones donde se desarrollarían este tipo de proyectos y otros incluidos en el Plan Maestro de Aprovechamiento del Río Magdalena (PMA).

El (PMA) es consecuencia de la cooperación internacional entre Colombia y China, en 2011 se suscribe el “Convenio Interinstitucional de Ejecución del Proyecto de Formulación del Plan Maestro de Aprovechamiento del Río Magdalena” entre Cormagdalena, Hydrochina y Acción Social[1] y, en 2014 se realiza la entrega del proyecto de “Formulación del Plan Maestro de Aprovechamiento del Río Magdalena”,

Esta información no fue socializada ni concertada con las comunidades, únicamente fue conocida, resultado de la instauración de una acción de tutela, el Consejo de Estado en el año 2016, en razón de la violación de los derechos fundamentales de petición, participación efectiva y, acceso a información, ordeno la entrega del (PMA) a las organizaciones tutelantes.

El (PMA) plantea la explotación del potencial del río Magdalena, desde la cuenca entre San Agustín, en su nacimiento en pleno macizo colombiano y la desembocadura en el Caribe, en actividades como la generación de energía hidroeléctrica y la navegabilidad.

De acuerdo con Hydrochina, el plan maestro para el manejo y la utilización del río Magdalena incluye la construcción de al menos 15 hidroeléctricas de diferente capacidad a lo largo del río, de ellas 8 consideradas en el Huila. Si bien para el PMA, las represas ofrecen enormes oportunidades, se debe tener en cuenta los impactos negativos, que incrementan con la construcción en cascada de proyectos hidroeléctricos.

Las represas como la de El Quimbo, ocasionan grandes e irreversibles afectaciones. Respecto al ambiente, se destruye fauna y flora endémica, contribuyendo a la desaparición de ecosistemas; el empeoramiento en la calidad, salubridad y la pérdida de sedimentos de las aguas hace inviable la vida acuática; se incrementa el cambio climático y, los efectos sísmicos resultado de la inundación de áreas en presencia de fallas geológicas.

A nivel social, con la declaratoria de utilidad pública y el uso de la fuerza pública, se expropia, desplaza y despoja a las comunidades de sus hogares y, de sus medios de vida tradicionales, empobreciendo a las personas y fracturando el tejido social. Las condiciones posteriores, de reasentamiento, resultan inferiores a la situación en que se encontraban antes de la implementación de los proyectos, siendo inexistente la reparación integral y en dignidad.

Consecuencia de los cambios abruptos en los ecosistemas, el desplazamiento forzado y, las falencias en los reasentamientos, se producen afectaciones en la salud física y emocional de las comunidades, quienes además de perder sus actividades económicas de subsistencia, pierden sus lazos comunitarios y sus fuentes de alimentación.

Las vulneraciones enunciadas, evidencian que la autonomía de las comunidades locales se subyuga frente al interés nacional y transnacional que recae en este tipo de proyectos. Por cuanto, las posibilidades de gestión y defensa de sus territorios, mediante el ejercicio del derecho a la participación efectiva, se limitan a espacios formales de revictimización o, a la ausencia de atención a las exigencias de las comunidades.

Debido a estas situaciones que viven las comunidades afectadas por la implementación de proyectos minero energéticos, han buscado respaldo en instituciones y organizaciones para poder luchar por sus derechos, es el caso de la Iglesia Católica, ya que “es una Iglesia que camina con los pobres, y con las personas que necesitan una voz de aliento ante situaciones que han afectado sus derechos”, asegura Angie Reina, especialista nacional del proyecto.

¿Conoce las afectaciones que se ocasionan o pueden resultar de la presencia de proyectos hidroeléctricos? ¿Cuál es el mensaje desde las comunidades afectadas?

[1] Hoy Agencia Presidencial para la Cooperación Internacional de Colombia -APC

REDECOM-COPUDEVER, seis meses exigiendo Justicia para Paso de la Reyna

27 julio, 2021

Las comunidades mixtecas, chatinas y afro oaxaqueñas que han desarrollado su vida en torno al río Verde, tienen más de catorce años en resistencia por la defensa de sus territorios. Durante este tiempo han enfrentado diversas agresiones, por lo que han tenido que organizarse desde la colectividad en la que desarrollan sus modos de vida comunitaria. Durante estos años, Paso de la Reyna y las demás comunidades integrantes del Consejo de Pueblos por la Defensa del Río Verde, COPUDEVER, han dicho: NO al proyecto hidroeléctrico y han sabido sortear las acciones que el Estado ha instrumentado para instalar dos presas, que además de despojarlos del agua y del territorio que ha pertenecido a sus abuelas y sus abuelos, alteraría no sólo el afluente natural del río, sino las formas en que las comunidades ribereñas se relacionan con su entorno.

 

Paso de la Reyna es una de las poblaciones de la Costa Oaxaqueña que ha organizado su vida en torno al río, esta pequeña comunidad Chatina perteneciente al municipio de Santiago Jamiltepec, ha visto alterada su dinámica cotidiana y comunitaria a raíz de los hechos de violencia que se han registrado en los últimos seis meses. Para la gente que vive en la comunidad de Paso de la Reyna, estos hechos sin precedentes dentro de su territorio, se han reflejado en un parteaguas que ha fracturado sus actividades. Desde enero, cinco compañeros de esa comunidad han sido asesinados sin que, hasta el momento, la Fiscalía haya dado algún resultado a las carpetas de investigación que se han levantado y se haya dado con los responsables.

Sin respuesta institucional que les dé certeza, la población ha tenido que organizarse internamente y ha articulado una guardia que desde hace un par de meses, les permite respirar con un poco de tranquilidad. Desde abril, y ante la inconstante presencia de la Guardia Nacional y la Policía Estatal, quienes, según los relatos de la población, sólo hace acto de presencia cuando ya han transcurrido los hechos de violencia y a los pocos días, vuelven a ausentarse, lo que ha generado preocupación e incertidumbre entre la gente, pues no hay quien garantice el tránsito local desde la desviación de La Humedad, hasta la comunidad. A pesar de que la gente y la campaña que en redes sociales ha exigido Justicia para Fidel, Jaime, Noé, Gerardo, Raymundo y la comunidad de Paso de la Reyna con el respaldo de más de cien organizaciones civiles y sociales, a casi seis meses de estos lamentables sucesos, no hay respuestas para las familias que han llevado su duelo en silencioso temor.

Dentro de la comunidad, allá donde los ecos de las parcas declaraciones institucionales se pierden entre las veredas por donde pastan las vacas y los becerros, y después del terror que ha implicado el asesinato de cinco personas, la familia de Fidel ha tenido que dejar el hogar, empacar las pocas pertenencias y los recuerdos, y, por seguridad, emigrar. La negligencia institucional se ha tornado en omisiones que han costado la tranquilidad de la población ribereña y le ha negado a la familia de Fidel, la posibilidad de un futuro, y el consuelo de llevar flores a una tumba.

A seis meses de la violencia en las comunidades de la Costa, las diferentes instancias gubernamentales responsables de llevar a cabo las investigaciones, no han presentado avances, a pesar de que ya se ha reconocido la necesidad de otorgar medidas cautelares, las medidas no se cumplen, por tanto, los defensores y defensoras están en el desamparo y la indefensión por la falta de cumplimiento del Estado mexicano por salvaguardar los derechos de las personas defensoras de derechos humanos, así como velar por su seguridad e integridad al realizar su labor.

Ante la ausencia de respuestas institucionales, la gente poco a poco ha retomado sus actividades a pesar de que la negligencia institucional se ha tornado en omisiones que han costado la tranquilidad de la población ribereña, como podemos constatarlo en el testimonio de una habitante de la comunidad: «Cuando pasó lo de Fide, fue algo sorpresivo porque nadie se lo esperaba, nadie sabía qué estaba pasando, ya cuando pasó lo de los otros compañeros que igual fueron asesinados, fue como decir «qué nos está pasando» empezó el miedo, a partir de eso la comunidad dejó de hacer sus actividades que hacían, los jóvenes son los que salían por las tardes, en las noches, a jugar a platicar, había vida en la comunidad de noche, después de lo que pasó con el señor Jaime, se sintió más miedo y más inseguridad en la comunidad, a partir de eso que fue en marzo, de ahí a abril se tomó la decisión de que se empezara con el campamento en las noches, todo ese mes hubo miedo, la comunidad estaba triste y dolida, todo estaba cerrado, obscuro, a las ocho de la noche las calles estaban solitarias. Tal vez se sabía quién había sido, pero todo fue sorpresivo, nadie se esperaba un asesinato hacia alguien de la comunidad, las personas que salían a trabajar al campo iban con miedo, no terminaban sus jornadas de trabajo, la comunidad estuvo con miedo y eso afectó en lo económico, trabajaban con miedo, el trabajo de las mujeres se vio afectado».

Históricamente, la comunidad de Paso de la Reyna se ha organizado desde sus propios referentes. Cuando iniciaron, los bloqueos para impedir la instalación de la presa hidroeléctrica, las guardias se hacían todo el día, ahora sólo retoman por las noches, para dar algo de tranquilidad al pueblo: «Se llevó a cabo una asamblea de ciudadanos para ver qué se iba a hacer para estar seguros, porque la guardia, la estatal habían entrado, pero no van seguido, van cada quince días, cuando Fide empezaron a venir diario, luego dejaron de venir, luego cuando pasó lo demás, los primeros días fueron seguido, a veces iban en la mañana, luego iban en la noche, cuando asesinaron a Jaime igual, empezaron a ir los primeros días pero luego dejaron de ir, a raíz de eso, el agente convocó a una asamblea y ahí se tomó la decisión que se empezara con el bloqueo, a partir de eso, pusieron el campamento, que fue el 19 de abril».

Por esta acción comunitaria tomada desde las autoridades locales, es que poco a poco la gente ha vuelto a salir nuevamente. Sin embargo, el temor sigue, dentro y fuera de la comunidad, como comparte una compañera integrante del Consejo de Pueblos en Defensa del Río Verde: «Pues al principio hubo temor no solamente para Paso de la Reyna, fue para todo el movimiento, para todos los que integramos el COPUDEVER, porque este golpe para nosotros fue muy fuerte, como defensores de nuestros territorios, somos vulnerables, hubo cierto temor, como que estábamos esperando qué más seguía, mataron a Fide, mataron a otros tres compañeros, mataron al compañero Jaime, y desde lejos notamos que se siente que somos vulnerables y que por parte de las autoridades, quienes tienen la responsabilidad de protegernos, no se ve, no se ve reflejado que estamos seguros, que digamos, «asesinaron a los compañeros, por parte de las autoridades, de los organismos que son responsables, tienen la obligación de velar y proteger los derechos de todos los ciudadanos, no nos sentimos cobijados, eso fue lo que notamos, temor, nos sentimos desprotegidos, no nos sentimos seguros, mucho temor por parte de los compañeros. El aporte de ellos es una parte porque fueron autoridades, ellos como defensores, como ciudadanos entregaron su esfuerzo, su dedicación por defender su territorio, siempre los veía muy motivados, entregados, dispuestos a lo que fuera, ellos entregaron su vida, Fide, Jaime, me tocó convivir con ellos, como defensores luchaban con esa convicción, cuando fueron autoridades comunitarias con mucha más fuerza, porque sentían que era más su responsabilidad, tenían que hablar más con las autoridades municipales y de gobierno, yo creo que eso les costó a ellos que los asesinaran». La experiencia que comparte la compañera dentro del territorio de la Costa de Oaxaca, lamentablemente es una constante que se repite en todo el país: La violencia contra las personas defensoras de la tierra y el territorio ha escalado a niveles alarmantes, sin ninguna garantía sobre su seguridad o sus vidas.

En junio, el camino hacia la Costa de Oaxaca no es tan diferente de lo que es todo el año, la carretera que la gente recorre diariamente para llevar y traer jamaica, limones, papayas y toda la producción que el campo produce y reproduce en temporada estival, la lluvia renueva el verde tierno de las milpas y las huertas de frutas, sobre el camino se bordan la mayoría de las poblaciones y comunidades costeñas, entre casitas de adobe y techo de palma que escalan sobre diversos puntos de la cartografía costeña. Este año, a diferencia del anterior, las lluvias han sido más constantes, a pesar de la pandemia, la gente había podido desarrollar su vida con relativa tranquilidad, sembrar, ir al campo, llevar a los animales a pastar.

Sin embargo, para la gente de Paso de la Reyna, a partir del asesinato de cinco compañeros defensores del territorio, la vida no ha vuelto a ser la misma, la alegría parece haberse diluido entre el temporal y ahora sólo acampa el miedo de saberse vulnerados en su universo más íntimo. Por ahora, y hasta que las respuestas lleguen, la comunidad ha decidido cerrarse sobre sí misma en un intento de preservar lo que son, lo que representan, con la mirada y las acciones puestas en cuidar su pasado y su porvenir.

La última vez que vi a Jaime, fue el catorce de marzo de hace dos años, la comunidad conmemora el Día del Río Verde, alrededor del cual, la gente celebra la lucha y la vida que construyen desde su territorio simbólico. Esa ocasión, quienes nos dimos cita desde distintos puntos de la Costa para celebrar al río, nos enfilamos sobre un camino de terracería que sube y baja a la vera del río en una destartalada camioneta hacia el punto donde pretende imponerse la presa, a veinte minutos de la comunidad. Después de constatar con la mirada, Jaime nos explicó lo improbable de la infraestructura entre un punto del cerro y otro, volvimos a la comunidad, volvimos a la fiesta, a celebrar la digna lucha de los pueblos de la Costa. Al final, después de la cena, nos despedimos, como muchas veces antes nos habíamos despedido, con el cariño que crece al acompañarnos en este camino que elegimos recorrer. A cuatro meses de tu ausencia en el mundo, estimado Jaime, puedo decirte que la lucha y la resistencia siguen, en tu nombre, en el de Fidel, y en el de todas y todos que han dado su vida en la lucha por preservar la Vida.

Los días en Paso de la Reyna han alterado su curso, aun cuando el sol sigue iluminando las veredas, y la guardia sigue apostada sobre el puente que lleva a la comunidad, pareciera que los pasos sobre la tierra se han detenido, la gente ha dejado de asistir a la milpa, al encierro, a vigilar a los animales, una calma aparente parece haberse apoderado de la gente, paralizada entre la sorpresa y el temor, que de a poco han vuelto a alimentar las formas cotidianas que alimentan su cosmogonía. El tiempo de la milpa parece haberse detenido, sobre las aguas del río se asienta la mansedumbre de la ausencia de la pesca y de la chicalmaca. 

A seis meses del cobarde asesinato de Fidel, de Noé, de Jaime, Gerardo y Raymundo, el río ya no entona alegre su melodía líquida, el temor sigue, escondido entre la vereda, réquiem silencioso de luciérnagas y grillos, la tristeza anida entre el musgo taciturno de las piedras, el puente que lleva hasta la comunidad grita entre sus letras: No al proyecto hidroeléctrico Paso de la Reina, en permanente vigilia. Sin embargo, su presencia sigue viva, y ahora vive en la fronda de los árboles, en el púrpura de las bugambilias, en la voz serena del viento, parvada de pájaros invisibles que dibuja entre los reflejos marinos de sus aguas, en los espíritus del río que anidan su fe en la memoria de los peces el recuerdo perenne de aquellos que han dado su vida por defenderlo.

Astrid Paola Chavelas

Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de los Pueblos de Oaxaca-REDECOM

Julio, a seis meses del vuelo de Ícaro sobre el Mar Tileme

https://www.educaoaxaca.org/redecom-copudever-seis-meses-exigiendo-justicia-para-paso-de-la-reyna/

Represa brasilera triplica las emisiones de GEIs

Un monitoreo realizado en los últimos diez años reveló que el nivel de emisión varía mucho entre los diferentes puntos de la planta. Este hallazgo cuestiona los estándares utilizados en los estudios de impacto ambiental y en la comercialización de créditos de carbono.

Después de la construcción del embalse de Belo Monte, las emisiones de gases de efecto invernadero se triplicaron en el lugar La construcción de la planta hidroeléctrica de Belo Monte en Altamira (PA) triplicó las emisiones de gases de efecto invernadero en el lugar en que hoy se encuentra el embalse de la planta. Esta es la conclusión de un estudio publicado en la revista Science Advances por un grupo internacional de investigadores.

Se midieron las emisiones en diferentes puntos de la planta antes, durante y después de su construcción. El estudio tardó unos diez años en completarse.
“La justificación para la construcción de Belo Monte se basó en la premisa de que las centrales hidroeléctricas generan energía con bajas emisiones y a menor costo que otras fuentes renovables. Hoy, este argumento se está desmoronando, como mostramos en nuestro estudio”, dice Dailson Bertassoli Jr., investigador del Instituto de Geociencias de la Universidad de São Paulo (IGc-USP) y coautor del estudio.

Explica que en la región amazónica hay centrales hidroeléctricas que emiten más que otras. La planta Balbina (AM), por ejemplo, inaugurada en la década de 1980, tiene una emisión más alta que las plantas termoeléctricas que producen una cantidad similar de energía. “En el caso de Belo Monte, la mayor hidroeléctrica de la Amazonía, la emisión equivalente es de entre 15 y 55 kilos de CO2 [dióxido de carbono]por megavatio-hora producido [hay variación entre estaciones del año]. Esto es una fracción de lo que emitirían las termoeléctricas, pero aún así, no es nada que se deba ignorar”, afirma.

La represa de Belo Monte tiene la mayor capacidad instalada entre las plantas del tipo hilo de agua en todo el mundo. A diferencia de las plantas con un depósito de acumulación, las de hilo de atgua tienen un depósito más pequeño. En el caso de Belo Monte, hay dos interconectados por un canal de 20 kilómetros de largo. La principal, formada por el río Xingu, tiene 359 km². El intermediario, de 119 km², dispone de 28 diques y canales de transposición.

Los investigadores comenzaron las primeras mediciones de las emisiones de gases de efecto invernadero en el embalse de Belo Monte en 2011, antes de la presa y la construcción de la planta hidroeléctrica. A lo largo de los años, se tomaron otras tres mediciones en los mismos puntos. El trabajo fue apoyado por la Fapesp a través de nueve proyectos. Participaron científicos de la Universidad de Linköping (Suecia), la Universidad de Washington (Estados Unidos) y la Universidad Federal de Pará (Ufpa) en Altamira.

Emisión desigual
Un hallazgo importante de la investigación es la heterogeneidad de las emisiones en la región amazónica e incluso entre diferentes puntos de un solo reservorio. Las mediciones en diferentes partes de la presa y áreas que se inundaron para la construcción de la presa de Belo Monte mostraron que algunas emiten más gases de efecto invernadero que otras.

El hallazgo cuestiona el uso de estándares de emisión -como los estipulados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (Ipcc), basados en plantas hidroeléctricas construidas en zonas templadas-, que se utilizan para estudios de impacto previos o incluso para la venta de créditos de carbono.

“Entender cómo se producen las emisiones de gases de efecto invernadero del embalse de Belo Monte es fundamental para una planificación estratégica eficiente de la expansión de la red de generación de energía eléctrica en el país. Sin embargo, es tan heterogéneo que ni siquiera es posible generalizar y referirse a ‘emisiones hidroeléctricas’. Cada planta tiene sus propias emisiones y deben evaluarse caso por caso”, dice Bertassoli Jr. a Agência Fapesp.

Según el investigador, uno de los principales factores que contribuyen a las emisiones de las centrales hidroeléctricas es la generación de metano (CH4) por la degradación de la materia orgánica retenida en el fondo de los embalses.

Henrique Sawakuchi, investigador de la Universidad de Linköping y responsable de las primeras mediciones del estudio, explica que esta alta variabilidad de las emisiones de diferentes centrales hidroeléctricas se debe a factores como tipos de vegetación y suelos, temperatura y clima, características de la actividad microbiana y tipo de embalse.

“A diferencia de las zonas templadas y boreales, las altas temperaturas durante todo el año dan como resultado una intensa actividad microbiana y, en consecuencia, una mayor producción de metano y dióxido de carbono en las zonas tropicales”, explica Henrique.

Desviación estándar
En el caso de las emisiones de metano, la materia orgánica que genera el gas proviene de la cuenca de drenaje aguas arriba y se acumula en el embalse. También puede ser producida en la columna de agua por las algas que allí habitan.

“Estos dos factores varían mucho entre los ríos del Amazonas. El Xingu, por ejemplo, es un río de agua clara, lo que permite una mayor penetración de la luz solar. Como resultado, hay una mayor producción de algas, que luego se convierten en materia orgánica y generan metano. Otros ríos, como el Madeira, se conocen como aguas bravas, es decir, la luz apenas penetra en la columna de agua. Por eso hay menos crecimiento de algas”, dice André Sawakuchi, profesor del Instituto de Geociencias de la USP y también autor del estudio.

Otro factor de variabilidad es la profundidad del embalse. “En zonas más profundas, el agua del fondo puede estar menos oxigenada, lo que favorece la generación de metano”, explica André.

Los investigadores también observaron que, dependiendo del tipo de suelo o vegetación que se inundó durante la construcción de los embalses, hay más material orgánico disponible para la biodegradación y generación de metano y gas carbónico. Así, las áreas con pastos que no son removidos, como se hace en el caso de la vegetación forestal, sorprendentemente también tuvieron emisiones significativas.

“La parte superior del suelo también tiene mucha materia orgánica que se convierte en materia prima para la producción de metano. Son este tipo de variaciones las que marcan la diferencia al hacer la cuenta de emisiones totales de un embalse. A veces, el pasto está en un tipo de suelo que tiene más materia orgánica, mientras que el bosque está en un suelo que casi no lo tiene. Varía mucho y todo esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de medir los impactos de una central hidroeléctrica”, afirma André.

Según los investigadores, los resultados refuerzan la importancia de considerar todas estas variables de heterogeneidad en los estudios de impacto ambiental de las centrales hidroeléctricas, aunque sean del tipo de hilo de agua, como es el caso de Belo Monte.

“Debería ser obligatorio monitorear las emisiones antes, durante y mucho tiempo después de la construcción de los embalses hidroeléctricos. Especialmente en las centrales hidroeléctricas del río Madeira, que están vendiendo créditos de carbono y las emisiones no están bien estimadas. Es probable que estén vendiendo créditos de carbono que no están mitigando”, evalúa Henrique.

El artículo «How green can Amazon hydropower be? Net carbon emission from the largest hydropower plant in Amazonia» (doi: 10.1126/sciadv.abe1470), de Dailson J. Bertassoli Jr., Henrique O. Sawakuchi, Kleiton R. de Araújo, Marcelo G. P. de Camargo, Victor A. T. Alem, Tatiana S. Pereira, Alex V. Krusche, David Bastviken, Jeffrey E. Richey y André O. Sawakuchi, puede leerse en: https://advances.sciencemag.org/content/7/26/eabe1470.
Fuente: Agencia Fapesp

https://aimdigital.com.ar/internacionales/represa-brasilera-triplica-las-emisiones-de-geis.htm

Emergencia Hídrica: Nación hará una auditoría de las hidroeléctricas y analizará la ampliación de potencias en represas

Miércoles 28 de Julio de 2021

Emergencia Hídrica: Nación hará una auditoría de las hidroeléctricas y analizará la ampliación de potencias en represas

El plan se realizará en el segundo semestre para conocer el estado técnico. Desde Neuquén y Río Negro todavía no hay pedidos formales ante la Emergencia.

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Días atrás, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), dio a conocer la declaración del estado de Emergencia Hídrica en los ríos Neuquén, Limay y Negropor parte de la el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, se refirió a la situación que atraviesan las represas hidroeléctricas en la región.

Darío Martínez estuvo presente en el acto de presentación oficial de los precandidatos del Frente de Todos de Neuquén de cara a las próximas elecciones legislativas, Martínez y destacó los logros alcanzados hasta el momento dentro del sector energético: “Hoy estamos batiendo récords de producción de gas y de petróleo. Creo que esto tiene que ver con las decisiones que tomamos y el mandato que nos ha dado el presidente de la Nación, Alberto Fernández”.

“Por eso pusimos en marcha el Plan Gas.Ar, que está resultando un éxito, donde los trabajadores están en los equipos; las pymes van sumando valor agregado nacional. Las productoras transforman la inversión en energía, y las provincias, quienes son las dueñas del recurso, aportan a esto”, señaló Martínez.

Consultado sobre la renovación de las concesiones de las hidroeléctricas, con fecha de vencimiento al 2023, el titular del organismo de Energía indicó: “En este segundo semestre, tenemos una auditoría muy grande que vamos a llevar adelante desde la Secretaría, para saber cuál es la situación técnica, cuál es la posibilidad de ampliación de potencia de cada una de las represas. Una vez que terminemos con esa gran auditoría, nos sentaremos a ver cuál es el mejor camino con el presidente y la vicepresidenta”, detalló el funcionario nacional.

Cabe recordar que Elías Sapag, representante de Neuquén ante la AIC, advirtió sobre el grave panorama de sequía en los embalses y explicó: “El problema lo tenemos aguas arriba ya que no tenemos forma de almacenarla. Y aguas abajo habrá que tomar medidas para racionalizar el uso, donde el EPAS tendrá que hacer obras en las tomas de agua por si el caudal viene muy bajo”.

En esta línea, el referente de la entidad señaló: “La Secretaría de Energía, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) y las empresas hidroeléctricas tienen que saber que toda el agua que se erogue en adelante tiene que tener la autorización de la Autoridad de Cuencas”, y se refirió a la posibilidad de presentar un amparo en la Justicia en caso de que el pedido de emergencia de la AIC no sea tenido en cuenta por las autoridades provinciales y las firmas.

Al respecto, Darío Martínez dijo: “El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, aun no me ha planteado nada formalmente a mi, ni tampoco la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras. Creo que es un debate interno que deben dar ellos, yo soy muy respetuoso de las opiniones y creo que Elías seguramente lo hablará con las dirigentes de la provincia”.

“Todas las decisiones que se toman desde la Secretaría las hacemos con permanente diálogo con los gobernadores, con los ministros de Energía y con todos los actores del sector”, dijo el Secretario de Energía.

“El primer trabajo que hay que hacer es la gran auditoría para saber cuál es la situación de las hidroeléctricas y en cuáles podemos aumentar el caudal, ya que en función de eso se van saber cuáles son las inversiones que hay que hacer y a partir de allí, resolveremos en adelante qué hacer con esas concesiones”, cerró Martínez.

https://nqn3.com/actualidad/emergencia-hidrica-nacion-hara-una-auditoria-de-las-hidroelectricas-y-analizara-la-ampliacion-de-potencias-en-represas.htm

Análisis. La Represa del Renacimiento de Etiopía y la guerra del agua en África Oriental

El agua en África Oriental es un recurso muy escaso, su control es estratégico y vital para los países de la región. A partir de la construcción de la Gran Represa del Renacimiento Etíope, se ha generado un fuerte conflicto internacional entre Egipto, Sudán y Etiopía, que se entrelaza con las problemáticas ambientales ya existentes.

La Represa del Renacimiento de Etiopía y la guerra del agua en África Oriental

Santiago Montag@SalvadorSoler10

Lunes 26 de julio

Foto: Al Jazeera

El agua en África Oriental es un recurso sumamente escaso, siendo su control estratégico y vital para los países que componen esa región, centralmente Egipto, Sudán y Etiopía. La Gran Represa del Renacimiento Etíope (GERD, según sus siglas en inglés) ubicada en la cuenca del Nilo Azul, está poniendo en cuestión ese control que va de la mano por una lucha por la hegemonía regional.

El impacto ambiental de esta represa es incalculable. Se inserta además, en el proceso de desertificación del Sahel, que está provocando desde hace décadas desplazamiento poblacional, inanición generalizada de comunidades, muerte de ganado y cultivos, y conflictos inter-étnicos y religiosos. Pero esta vez, la escalada de tensión geopolítica entre Egipto, Sudán y el anfitrión, Etiopía, puede profundizar una crisis climática regional y global, pero además el primer conflicto a gran escala por el agua.

¿Qué es la cuenca del Nilo?

La cuenca del Nilo es la tercera más grande del mundo, ocupa un 10% del continente africano y tiene una superficie de 3,18 millones de km2, de los cuales Egipto y Sudán ocupan el 73%. Es una cuenca transfronteriza, que recorre 6650 km, abarca 11 países y atraviesa cinco regiones climáticas: mediterránea, semiárida, árida, subtropical y tropical. Cuenta con dos afluentes principales: el Nilo Blanco y el Nilo Azul, que confluyen a la altura de Jartum (Sudán). El Nilo Azul se origina en el lago Tana (Etiopía), recorriendo alrededor de 1000 kilómetros por territorio etíope, contribuyendo en más del 86% del total de volumen de agua del Nilo, con un caudal que varía estacionalmente. El Nilo Blanco aporta el 14% restante del caudal del Nilo, contando con una cuenca más extensa originada en los lagos ecuatoriales, con un volumen de agua más constante pero que se pierde en las marismas de la región del Sudd en Sudán del Sur. En toda la cuenca, según Mahemud Eshtu Tekuya “el cambio climático está afectando a la supervivencia de las poblaciones que dependen de ella, debido a la disminución o incremento del caudal, mayor frecuencia de inundaciones y sequías, aumento del nivel del mar en el delta, el incremento de la temperatura y de la evaporación, los cambios en los modelos de precipitaciones y escurrimiento del agua, así como en la cubierta vegetal y en los ecosistemas.

Además, abastece de agua a cerca de 800 millones de personas, quienes dependen de ella para sobrevivir. A esta presión demográfica debe agregarse que está sometida a las consecuencias del cambio climático combinado con distintas actividades humanas que profundizan la desertificación del Sahel.

¿La Presa del Renacimiento, un coloso con pies de barro?

La Presa del Renacimiento es la quinta represa que se está construyendo en el Nilo Azul y será la más grande de África. Su objetivo es proporcionar agua y electricidad a la población del país, ya que el 70% de los 115 millones de etíopes no tienen acceso a estos servicios. Su construcción comenzó en abril de 2011 y el costo final ronda los $ 4.900 millones de dólares financiados completamente por el Estado central etíope, junto a ayuda de bancos chinos para financiar equipos para hidroeléctricas y turbinas. Además, logró convertir la represa en un proyecto nacionalista (principalmente de los amhara etnia mayoritaria) aglutinando a la población del país tras él.

Tendrá la capacidad de generar 6450 megavatios de electricidad lo que supondrá 15 000 GWH por año, es decir, multiplicar por cuatro la actual capacidad de generación de Etiopía, lo que repercutirá en el desarrollo socioeconómico del país, ya que contará con el potencial de producir suficiente electricidad para abastecer a 6 millones de hogares, industrias y agua para los cultivos. Además que se espera una lluvia de inversiones y aumento de productividad en el campo.

Sin embargo, estos proyectos pueden encontrar un bloqueo por la presión que está ejerciendo Egipto y Sudán con sus aliados internacionales sumado a los conflictos internos en Etiopía, para evitar que este país se convierta en potencia. Además el potencial impacto ambiental sobre la cuenca como el aumento del poder erosivo del agua y la contención de sedimentos que podrían impactar en el retroceso de la desembocadura en el Mediterráneo. Actualmente la represa Aswan está generando este proceso.

En los márgenes de la primera guerra del agua

Durante el siglo XX el uso de los recursos hídricos de la cuenca estuvo regulado por los acuerdos coloniales de los años 1902, 1929 y 1959, establecidos por la corona británica, que condicionan cualquier construcción de infraestructura vinculada al cauce del Nilo, en función de las necesidades de Egipto. Por otro lado, se dispuso en estos acuerdos que la región de Benishangul Gumuz sería parte de Etiopía, a cambio de que no se construyeran represas en el Nilo Azul. Sin embargo, en esta región, que se encuentra al Oeste del país, limitando con Sudán y atravesada por el Nilo Azul, es donde se comenzó la construcción de la GERD en 2011, aprovechando un momento de inestabilidad regional impulsada por la Primavera Árabe. Inicialmente, Sudán y Egipto se opusieron a la construcción de la GERD, pero una vez que fue un hecho la disputa giró entorno a los ritmos de rellenado.

¿Qué dice Egipto?

Egipto considera el agua del Nilo como un asunto de seguridad e incluso existencial. El 90% de los 110 millones de egipcios dependen de la cuenca, y además el país transita un acelerado crecimiento demográfico. Debido a su clima desértico, ya tiene escasez de agua. Importa aproximadamente la mitad de sus productos alimenticios y recicla alrededor de 25 mil millones de metros cúbicos de agua al año.

Egipto está más preocupado por el riesgo de condiciones de sequía, como las que ocurrieron a fines de la década de 1970 y principios de la de 1980, y ha presionado para que Etiopía llene el embalse durante un período más largo si es necesario y garantice caudales mínimos.

Si los flujos de agua se restringen en condiciones de sequía, Egipto dice que podría perder más de un millón de puestos de trabajo y 1.800 millones de dólares en producción económica al año, aunque reconoce que tal escenario es poco probable.

¿Qué dice Etiopía?

Para Etiopía también se trata de un problema vital. Tiene una población de más de 110 millones de las cuales el 70% no tiene acceso a electricidad. Acusa a Egipto de intentar conservar los mismos privilegios heredados de la etapa colonial con respecto a la cantidad de agua del Nilo regulados por unos “tratados injustos”, ya que fueron establecidos sin el acuerdo de todos los países afectados. Cuando la obra se convirtió en un hecho consumado, se pasó a discutir en torno a los ritmos de llenado. Egipto reclamó que, para poder mitigar el impacto, la represa debería llenarse en 7 años, lo que sería un tiempo demasiado extenso de acuerdo con las necesidades inmediatas etíopes.

Egipto, Sudán y Etiopía firmaron en 2015 un Acuerdo tripartito conocido como “Declaración de Principios”. Este acuerdo pretende minimizar los efectos negativos que la presa pueda originar a Sudán y a Egipto, pero no fija una cantidad volumétrica de agua para los tres Estados, permitiéndoles usar los recursos hídricos que comparten en sus respectivos territorios de una forma equitativa y razonable, pero todo ello de una forma ambigua sin acordar cómo y cuándo se efectuará el llenado del embalse y la generación de electricidad. Tampoco establece ningún mecanismo que regule la operación de la presa en períodos de inundaciones o sequías, algo que preocupa a Egipto y Sudán, ya que no existen garantías de que Etiopía proporcione un mínimo requisito de agua para ambos países.

Fuente: The Economist

El agua y la inestabilidad de África Oriental

La estabilidad política y social regional está en un equilibrio débil. En el caso de Etiopía, se han reavivado viejas disputas inter-étnicas entre los amhara, oromo y tigriños especialmente en la región de Tigray que puede empujar a una guerra civil. Esto llevó a un pacto militar entre Etiopía, Eritrea y Somalia y a enfrentamientos con Sudán por un antiguo territorio.

Sudán y Egipto recientemente han construido su propia alianza militar para disuadir a Etiopía y han logrado que se discuta el problema de la represa en el Consejo de Seguridad de la ONU, signo de que este conflicto ha alcanzado grandes dimensiones. Los analistas no prevén una guerra a gran escala, pero sí una desestabilización mediante actores delegados (proxys).

De la misma manera Egipto continúa luchando en Libia y en diversas regiones internas contra grupos yihadistas, y Sudán con los ejércitos en la frontera con Sudán del Sur. Así como ha escalado también el enfrentamiento con Etiopía por la región de al-Fashaga.

Por otro lado, cada país tiene su apoyo en intereses globales, como el de Estados Unidos apoyando a Sudán y Egipto, y mientras que China ha dado apoyo financiero a Etiopía para diversas obras de infraestructura en la última década, y particularmente para la compra de turbinas y equipos eléctricos para las plantas hidroeléctricas.

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No debe perderse de vista que este conflicto se da en el marco del mayor protagonismo que viene asumiendo Etiopía a nivel continental, gracias a su desarrollo económico intenso, a tasas por encima del 10% anual. Sin embargo, este país cuenta con recursos naturales relativamente escasos, siendo la gran cantidad de ríos en su territorio su principal ventaja comparativa que, para sostener sus niveles de crecimiento y desarrollo, se volvieron vitales para aumentar su acceso a recursos energéticos.

El pasado 5 de julio de 2021 Etiopía anunció el inicio del segundo llenado de la GERD, lo que fue respondido por Egipto con un fuerte rechazo, por lo que el conflicto sigue vigente y no se avizora una solución en el corto plazo. Mientras tanto, el impacto ambiental que se espera con el funcionamiento de la presa, se suma a otras problemáticas en una región ya devastada por crisis económicas, sequías y conflictos armados (entre ellos grupos yihadistas) vinculados a la desertificación del Sahel por el control de los recursos hídricos y terrestres.

Como hemos visto, los Estados utilizan discursos vinculados a los problemas ambientales o a la mitigación del hambre como herramientas de negociación en disputas de poder tanto a escala local como global entre las grandes potencias. La problemática ambiental bajo el sistema capitalista siempre estará en un plano subordinado a estas disputas. Para que puedan encontrarse soluciones reales a los problemas de pobreza extrema, al acceso a recursos hídricos y alimentarios, y de degradación del ambiente es necesario luchar por revolucionarlo.

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